Capítulo 4

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Visitantes Inesperados 1

La semana para Soi pareció mucho más que diferente, ella se encontraba en su habitación leyendo el libro que desde el día sábado Shutara le había dado para su estudio, por otro lado Shutara se encontraba reunida con Tenjirō, Ōetsu y Kirio, informándoles que Soi estaba sobrepasando sus expectativas y Ōetsu estaba feliz porque Soi no tenía fallas en todo lo que le había enseñado y hasta este punto solo pensaba en pulir sus habilidades, en cambio Shutara pensaba seriamente en enseñarle a Soi el último de sus conocimientos en lucha, que era uno de los más peligrosos en el cual Shutara era experta.

— ¡Ninjutsu!— Exclamo Kirio — estás loca, Soi aún es una niña, crees que no recuerdo como tú y Ryu terminaban al principio de sus entrenamientos, realmente pensaba que estaban locos.

— ¿Crees que no lo he meditado lo suficiente? — pregunto seria Shutara.

—No es eso, solo piensa que estás loca — respondió Ōetsu con una risa.

—No creo que esto sea caso de burlas Ōetsu — señalo Tenjirō en tono serio y suspiro— esto es muy serio, Kirio tiene razón, el entrenamiento en esas instancias es muy duro física y mentalmente, por algo muchos no lo tomaron cuando Ichibē Hyōsube quiso enseñarnos solo tú, Ryu y Shiro aceptaron ser entrenados y eso que Shiro abandono casi al final porque no aguanto el régimen.

— ¡Oye!—se quejó Ōetsu— yo no quise porque simplemente lo mío es las armas no la lucha cuerpo a cuerpo, aunque se defenderme muy bien.

—Esto no deberíamos de estarlo discutiendo — indico Kirio un poco molesta — es como si estuviéramos haciendo de ella una perfecta máquina de matar, no se supone que somos monjes que deben buscar la paz, ella está cambiando y ustedes no sé si lo notan.

—Ella ciertamente esta cambiado— acepto suavemente Tenjirō — pero tengo la confianza de que lo que le hemos enseñado desde muy niña este bien cimentado en su alma para que los sentimientos que ahora han despertado no sean lo único que la dominen.

—Sé que estas preocupada — indico Ōetsu serio — pero creo que ella necesita hacer esto — suspiro — Soi es disciplinada y controlada hasta en sus emociones — se encogió de hombros — hay que confiar en ella, además para eso estas tu — afirmo con una sonrisa — he notado que te tiene mucho cariño.

—Conozco a Soi, casi como ustedes — señalo Shutara — en otras circunstancias no se me hubiese pasado por la mente enseñarle algo tan peligroso como esto.

— ¿Entonces porque haces esto?— Cuestiono Kirio.

—Ella me lo pidió — respondió Shutara suavemente — recuerdas cuando tenía cinco años y no la encontrábamos porque estaba escondida en el salón de entrenamiento.

—Como no recordarlo — se quejó Kirio — la encontramos con un pequeño Shinai en sus manos y estaba haciendo los cuatro golpes básicos del kendo: men, kote, do y tsuki.

—Ese día Shutara casi me mata — recordó Ōetsu — pero ella llevaba casi dos meses llegando al entrenamiento, primero solo observaba, luego imitaba todo — señalo con una sonrisa — para tener 5 años era buena.

—Siempre tuve miedo — confeso — ella es tan parecida a su padre, empujándose al límite, nunca nada es suficiente y queriendo ser mejor— suspiro— ya no puedo negarle eso, si Ryu estuviese vivo el mismo le habría enseñado, porque lo lleva en la sangre, porque aunque le hemos enseñado los principios de los monjes ella en el fondo es una guerrera.

— ¿Crees que ella esta mentalmente preparada?— Pregunto Tenjirō.

—Todo indica que si, ha mejorado a pasos agigantados — informo Shutara levemente— pero para eso quiero pedir tú ayuda Ōetsu.

Historia de Una GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora