Me siento como viernes cualquiera

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12 DE ABRIL DE 2013, 01:47 P.M. CENTRO DE COMANDO DE SHIELD, NUEVA YORK. PLANTA BAJA. (5 DÍAS DESPUÉS)

Los agentes de SHIELD viven ensimismados en sus misiones con la convicción de salvar el mundo, todos caminan de un lado a otro sin apenas ponerle atención al soldado que se acerca a lo que ellos conocen como el Muro del Valor. Nadie se detiene a verlo, ni a él ni al muro, no tienen porque hacerlo están demasiado familiarizados con el pequeño muro dedicado a los agentes caídos en combate ya que hay uno en cada edificio de SHIELD.

El soldado, a diferencia de todos a su alrededor mira con curiosidad el muro, aún no esta completamente seguro porque la agente lo envió a ese lugar. Una parte de él le sugiere que es una broma de mal gusto, pero lo duda con todo lo que han compartido los últimos días y con la reciente promesa de la agente de no mentirle.

Saca la hoja que Holmes le dio y siguiendo las instrucciones la abre.

Muro de valor, primera sección. Los primeros dos nombres.

Las personas que nos formaron nunca nos dejan.

El rubio pasa rápidamente su mirada al muro buscando los nombres. Se queda estático cuando lee el nombre su mejor amigo y el Doctor Erskine. De todo lo que esperaba que fuese el destino final de esa "misión secreta", no consideró que fuera un monumento que rindiera tributo a los caídos, mucho menos a aquellos que cayeron durante la 2º Guerra Mundial, años antes que SHIELD se creara propiamente. Sus ojos regresan a la hoja en busca de una explicación.

Peggy los hizo agentes honorarios después de fundar la organización.

SHIELD no fue fundada con ideales falsos y hombres llenos de poder.

Esos llegaron después, la fundó Peggy llena de esperanza por un futuro mejor.

No todos en SHIELD somos el enemigo.

Se queda varios minutos ahí. Sophia Hayle le ha dado muchas herramientas para adaptarse a este nuevo siglo, incluso le permitió convivir con Peggy. Una parte de él todavía se pregunta que gana la agente de enseñarle tantas cosas. Aunque la parte que la ha consolado en sus momentos más vulnerables sabe que ella también ha perdido suficientes personas como para apreciar un pequeño lugar donde les puede rendir tributo.

Toca con delicadeza el nombre de Bucky, mentalmente le agradece todas las veces que estuvo con él, todo su apoyo a pesar de ser un pequeño chico de Brooklyn. Se pregunta que pensaría Bucky de esta era, ¿le gustaría la comida, la tecnología, las nuevas películas? De haber sobrevivido la guerra, ¿qué hubiera sido de su querido amigo? Tal vez hubiera encontrado una hermosa chica, se hubiera casado y tenido un par de hijos valientes y testarudos como él.

Steve traga saliva para contener las lágrimas que amenazan sus ojos. Él y Bucky estuvieron juntos hasta el final de la línea... literalmente.

El rubio comienza a pasar la vista por los nombres para evitar llorar, quizás haya un día que la memoria de su mejor amigo no le abra un vacío en su pecho, por ahora lo único que puede hacer es resistir.

Su mirada se detiene en un nombre que le parece familiar: Athena Hodge. Le da vueltas en su cabeza tratando de ubicarlo hasta que lo recuerda del archivo de Holmes. La tristeza lo vuelve a atacar. A juzgar por la fecha, Sophia debía haber sido una niña cuando su madre murió. El puede entender eso, él seguía siendo un muchacho cuando se quedó huérfano, lo único que tenía era a Bucky.

Quiere quedarse un poco más, tan sólo quedarse ahí, en paz, recordando a las personas que ha perdido y que por fin tiene un lugar para rendirles tributo. Pero como siempre el destino tiene otros planes.

HOLMES [Steve Rogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora