¿Son nuestros riñones o mis riñones?

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31 DE MAYO DE 2013. 02:12 P.M. NUEVA YORK. PENTHOUSE DE LA TORRE STARK. (6 DÍAS DESPUÉS)

– ¿Todo bien, Capitán? – pregunta Jarvis mientras el mencionado sale del ascensor.

– Todo bien – responde demasiado tenso.

De nuevo, Steve esta molesto y de nuevo, la razón de su irritación es cierta castaña de ojos verdes. Para alivio suyo, por lo menos esta vez la irritación no surgió de una pelea en la que aterrorizaron medio mundo.

El soldado esperó una hora y media en el punto de su reunión para informar sus avances de SHIELD y la chica no se apareció. Ni siquiera tuvo la decencia de mandar un mensaje para avisar de su retardo, o decirle que tenía una misión o dar cualquier tipo de información.

Una actitud así no parece tan extraña de la chica, ella suele entretenerse con algo y perder la noción del tiempo, aunque nunca ha faltado a una de sus reuniones. Exceptuando la reunión pasada, programada 2 días antes del recital de Sophia, sin embargo, ninguno se apareció luego de su gran pelea. Además, son contadas las veces que ha llegado tarde a sus reuniones. Y en lo más profundo Steve sabe que si ella no llegó debe haber una explicación, Sophia nunca hace nada sin una razón.

Pero Steve no puede evitar sentirse traicionado. Sabe que ella puede recibir una misión a último minuto y no le diría a nadie porque es reservada y se suele alejar cuando siente que se vuelven más íntimos. Aunque luego de aceptar ser compañeros, supuso que habían pasado esa etapa.

Se comienza a preguntar si debería llamarla, o eso solo lo haría ver como el bastardo sobreprotector que molesta tanto a Holmes. Si fuera cualquier otra persona no dudaría en llamarla, pero evitan cualquier contacto digital porque saben que SHIELD monitorea sus teléfonos. Pasa ensimismado por la sala, apenas haciendo un gesto para saludar al billonario.

– ¿Tienen idea quien es ella? Sophia Hodge es la dueña del hospital – grita Tony a su teléfono ignorando al rubio – No me importa si la habitación está ocupada o tienen que construir otra, pónganla en la mejor habitación que tengan – suelta un sonoro suspiro mientras cuelga su teléfono.

La sola mención de la chica detiene al soldado de golpe. Se queda unos segundos estáticos en lo que razona el resto de la conversación.

– Oh, Rogers. No te había visto – saluda Ironman fingiendo tranquilidad.

– Stark, ¿dónde está Holmes? – pregunta lentamente el Capitán adoptando una postura intimidante.

– No creo que ella quiere que te diga – responde nervioso, algo extraño en la personalidad del castaño.

– Stark, dime – ordena con rudeza.

– Bien. No es nada importante, hubo un problema medico que ella ya tenía – habla nerviosamente. Ya sea por revelar el secreto de su ahijada o por la ira que parece emitir la mirada del rubio.

– ¿Sus riñones ya fallaron? ¿No se supone que aún faltaba para eso? – pregunta violentamente el rubio tomándolo por los hombros.

– ¿Cómo demonios sabes eso? – balbucea atónico.

– Stark, ¿dónde mierda esta Sophia? – insiste Rogers dedicándole la mirada más intimidante que puede.

– Hospital Presbiteriano, esta en cirugía – responde finalmente sacándose del agarre del rubio.

– Vamos – ordena este dirigiéndose a la salida.

– Mierda. No puedo, en 10 minutos tengo que estar en un vuelo a Londres. El coronel Ross...–

Sin ni siquiera escuchar el final de la oración, el soldado ya se dirige de vuelta al elevador con una determinación que el millonario solo había visto en batalla. Apenas alcanza a reaccionar cuando las puertas ya se han cerrado.

HOLMES [Steve Rogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora