Moraleja, no confíes en nadie. Especialmente cuando te dan alcohol.

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26 DE DICIEMBRE DE 2013. 12:15 A.M. BROOKLYN. TORRE DE DEPARTAMENTOS. 2º PISO. DEPARTAMENTO 221.

– Romanoff. Lo arruiné, verdaderamente lo hice. Colosalmente. ¡Tipo la cagué intensamente! – vomita verbalmente Steve Rogers a través del teléfono.

Han pasado un par de horas desde que confesó sus sentimientos a Sophia, horas donde la incertidumbre y ansiedad han tomado lo mejor de él. Luego de irse del restaurante recorrió la mitad de la ciudad buscando a la chica. Pasó por librerías, bares, el club nocturno que ella es dueña e incluso 4 hospitales. Intentó llamarla después de la primera hora, solo para asegurarse que estaba bien, pero la llamada fue directo a buzón.

Ahora, lleva 20 minutos de vuelta en su departamento tratando de pensar en que hacer a parte de perder la cabeza y lamentar seriamente sus decisiones.

– ¿Rogers? ¿Qué sucede? – responde por el teléfono la voz de la espía confundida. Un tono poco común en ella.

El rubio abre la boca para contestar, pero es interrumpida por la voz de una niña pequeña llamando a la infame pelirroja "Tía Nat". La situación le parece tan extraña que incluso olvida su pánico por unos segundos para contener una risa nerviosa. Justo el tiempo que le toma a la pelirroja en cambiar de habitación a un lugar donde esté sola.

– No oíste nada – ordena seriamente.

– Tú guardas mi secreto y yo guardaré el tuyo – propone el rubio.

La respuesta de la espía es sacar un gruñido resignado. Con esa pequeña afirmación, el pánico rodea de nuevo al rubio.

– Les mentí, la chica en mi cama sí era Sophia, también es la chica de la que te hablé. Pero creo que ahora sí lo he arruinado – suelta de golpe. Tanto es su pánico que ni siquiera hace la pequeña aclaración que verdaderamente estaban durmiendo y no haciendo fondue en su cuarto.

– Me sorprende más que lo admitas a que la chica sea Sophia – responde simplemente Natasha - ¿Qué sucedió? –

El rubio le cuenta lo que pasó en la cena. La forma en que la castaña entró en completo pánico cuando él le dijo sus sentimientos, su sugerencia de cómo "sacarla de su sistema", sus intentos de alejarlo afirmando que no vale la pena, algo que le rompió el corazón por la forma en que no se da cuenta lo verdaderamente maravillosa que es ella. Finalmente, como huyó del restaurante y ahora no puede encontrarla.

– Ay, Sophia Hayle. Huyendo de los sentimientos como si fueran la peste negra – suspira con humor la espía.

– No estas ayudando – gruñe el rubio tallando su cara.

– Lo siento, pero me parece increíblemente claro lo que sucedió – aún a través del teléfono puede oír su sonrisa de suficiencia.

– Confesé mis sentimientos a alguien que no siente lo mismo y ahora arruiné nuestra amistad – jadea el rubio.

– No –

La pelirroja se queda callada dándole tiempo a la mente del rubio para resolverlo, pero él está demasiado alterado para pensar con claridad, así que también guarda silencio hasta que ella se rinde con un suspiro.

– Solo hay una razón por la cual ella debió de huir así. Es obvio que tu también le gu... – la voz de la pelirroja es cruelmente cortada por una llamada entrante.

Steve aleja el teléfono de su oreja para poder colgar y regresar a su llamada con Natasha. Pero su mente se queda en blanco cuando ve quien le está llamando.

– ¡¿HOLMES?! – prácticamente grita contestando el teléfono y asustando a su pequeña gatita en el proceso.

– Hola, ¿eres amigo de Sophia Hayle? – responde del otro lado de la línea una voz amable y ligeramente preocupada.

HOLMES [Steve Rogers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora