Capítulo 27

390 70 16
                                    

Álvaro se levanta y se acerca hasta la posición de Hazel. Incluso enfadada la encuentra irresistible. Le cuesta admitir que la versión de Daniel sea la acertada, y la reacción de Hazel todavía aumenta más sus dudas. Se muestra realmente indignada. Pero a Álvaro, la noticia de que está saliendo con Jon le ha caído como un jarro de agua fría y es lo único en lo que puede pensar en ese momento. 

—¿Es cierto que Jon y tú estáis juntos? —le pregunta.

Hazel lo mira y frena el impulso de contestarle que eso no es asunto suyo. El tono con el que le ha hecho esa pregunta le parece mucho más conciliador que el utilizado desde el momento que entró en su despacho. Ella sigue sosteniéndole su mirada y Álvaro tiene que hacer un esfuerzo por reprimir sus impulsos más primitivos de avalanzarse sobre ella y besarla con toda su pasión contenida.

—No, Álvaro. Jon y yo no estamos juntos. Pero ese no es lo importante de todo esto —responde Hazel con calma—: Lo importante es que se me ha acusado falsamente, sin darme la oportunidad de defenderme. En todos los años que llevo trabajando aquí, nunca antes se me había acusado de que había perdido la atención o la concentración en mi trabajo. Y mucho menos de que había sido por culpa de mis relaciones amorosas. Ni siquiera cuando esta empresa estaba dirigida por un hombre misógino, de ideas retrógradas y comportamiento más propio del hombre de neandertal. Sinceramente, nunca me habría imaginado que desde que empezaste a dirigir este canal, me iba a ver dándote este tipo de explicaciones.

Álvaro suspira profundamente y rápidamente es consciente de que ha metido la pata. No solo se ha dejado influir por la manipulación de su cuñado, sino que se ha dejado llevar por unos celos irracionales e injustificados. Agacha un instante la cabeza, buscando las palabras más adecuadas para disculparse, pero Hazel sigue hablando:

—No voy a empezar una pelea de acusaciones contra Daniel. Creo que sé por qué ha montado todo este circo, pero eso no viene al caso. Solo te voy a decir que hice lo que se me indicó. Puedes acusarme de irresponsable por no haber consultado contigo o haber sospechado que Daniel no me estaba dando la información adecuada. Pero lo que no voy a aceptar es que me acuses de haber hecho mal mi trabajo por no haber prestado la atención suficiente. Si quieres apartarme de la negociación con el grupo, lo aceptaré. Pero no voy a aceptar que me quites de mi puesto ni, por supuesto, que me despidas por esto.

—En ningún momento he pensado en despedirte, Hazel. Confío en ti y pensar que podías haber cometido una negligencia...

—Lo entiendo. Soy consciente de lo importante que es para esta cadena poder formar parte de un grupo de comunicación tan grande. Y estoy dispuesta a admitir todos mis errores. Pero, solo los que realmente haya cometido. Y todo esto, te aseguro que no es responsabilidad mía.

Hazel se da la vuelta y se dirige hacia la puerta. Álvaro la deja marchar sin decir nada más, dándose cuenta de que se ha equivocado. 

Antes de volver a su despacho, Hazel siente la necesidad de salir a la calle a tomar el aire. Cuando está llegando a la puerta, ve que Daniel se acerca en dirección contraria, mostrando una medio sonrisa, con gesto de superioridad. Ella prefiere evitarlo y sale directamente sin dirigirle la palabra.

En lugar de quedarse en el parking, por miedo a que Daniel decida seguirla, sale hasta la puerta de las instalaciones. Cuando da un par de pasos hacia la izquierda, donde nadie pueda verla, tras los muros de la nave, se encuentra a Jon de pie, apoyado sobre la pared con una pierna doblada y la cabeza agachada.

—Jon, ¿qué haces aquí? —le pregunta Hazel, acercándose hasta él.

—¿Este era tu plan? —le pregunta Jon con el ceño fruncido.

Directo hacia tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora