Hazel dobla las rodillas y apoya sus manos sobre ellas. El dedo ha dejado de dolerle y ya ha recuperado la movilidad, aunque parece que lo tiene algo hinchado. Echa la cabeza hacia atrás y la apoya en la pared, justo al lado de un agujero por donde se ven unos tubos. No se ha dado cuenta de que una cucaracha enorme asoma tímidamente por ese mismo agujero.
Jon está apoyado sobre la puerta, con la cabeza agachada. Dirige su mirada disimuladamente hacia Hazel y entonces le parece ver un ligero movimiento justo a su derecha, en el agujero junto al que Hazel tiene apoyada su cabeza. Él le tiene fobia a las cucarachas y, por un momento, se queda inmóvil. Pero, conforme ve que ese asqueroso insecto tiene intención de seguir caminando hacia la cabeza de Hazel, Jon se mueve rápidamente y se pone delante de ella, mirándola fijamente.
—¿Se puede saber qué haces? —pregunta Hazel levantando la vista hacia Jon.
Pero Jon no reacciona. Piensa en lo que sentiría él si alguien le dijera que una cucaracha gigante está intentado subirse a su cabeza y le recorre un escalofrío. Quizás ella no les tenga asco, pero se ha quedado congelado sin saber cómo reaccionar.
—¿Qué demonios te pasa? ¿Por qué me miras así?
Al ver que la cucaracha está a punto de posarse en su pelo, reacciona impulsivamente, agarra a Hazel por las manos y tira con fuerza hacia él, obligándola a levantarse de golpe, atrayéndola enérgicamente hasta su pecho.
—¡Ah, me has hecho daño! —protesta Hazel intentando zafarse. Pero él la sujeta con fuerza, cogiéndola ahora por los hombros, obligándola a apartarse de la pared. Lo hace con tanto ímpetu y la estancia es tan pequeña, que con dos grandes zancadas la empuja, siguiendo el impulso de su propio cuerpo, y hace que choque su cabeza contra la pared, y él la aprisiona con su cuerpo durante unos segundos.
—¡Pero qué cojones haces! —dice Hazel, llevándose la mano a la cabeza. Lo empuja con fuerza, dándole un golpe en el pecho y él se desplaza hacia atrás, pierde el equilibrio y se cae de culo.
Gira rápidamente su vista hacia la derecha y se incorpora prácticamente con la misma celeridad, mirando a su alrededor buscando a la maldita cucaracha que parece haber desaparecido.
—¡¿Estás loco o qué te pasa?! —le increpa Hazel mientras vuelve a dirigirse hacia él, dolorida por el golpe y enfadada por la reacción de Jon, que ha interpretado como un arrebato de pasión—: No querrías besarme, ¿verdad? ¿Es así como quieres...?
Jon mira a Hazel y comprueba que la cucaracha está moviéndose por su pelo.
—¡Mierda! —exclama Jon y, sin dudarlo, se lanza de nuevo hacia Hazel y empieza a lanzar manotazos, con la intención de quitarle el bicho del pelo sin tocarlo. Ella esquiva el primer manotazo, pero no así el segundo, que llega a tocarle el pelo, ni el tercero que impacta directamente en su cara.
Hazel se queda inmóvil, sintiendo un doloroso latigazo sobre su mejilla y totalmente atónita ante el inexplicable ataque de Jon, quien, al comprobar que la cucaracha ha salido volando y ya no está en su pelo, es consciente de lo que acaba de hacer.
—¡Perdóname! ¡Lo siento, lo siento, lo siento! —repite sin parar mientras intenta acercarse a ella.
Pero Hazel se echa hacia atrás atemorizada.
—Jon... —es lo único que puede decir, sin saber cómo reaccionar.
—Perdóname, Hazel, ha sido sin querer. ¿Estás bien? ¿Te he hecho daño?
—No te acerques, Jon...
—Joder, perdona. Tengo fobia a...
Hazel agacha su cabeza, atónita, asustada, sin saber cómo reaccionar, sin entender el comportamiento de Jon. Y entonces, ve una enorme cucaracha que se acerca hasta sus pies. Empieza a dar saltos, nerviosa, aproximándose hasta Jon y gritando:
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Directo hacia ti
Roman d'amourHazel celebra su ascenso con asombro y alegría. Es la primera mujer que ostenta un cargo directivo en la cadena de televisión local donde lleva trabajando casi siete años, propiedad de un multimillonario misógino, inculto y con escasos conocimientos...