Capítulo 18

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-¡Entonces por qué quieres irte con él!

-Porque es mi deber y no puedo desobedecer las órdenes, sino seré devuelto a mi planeta.- hace una pausa para tranquilizarse, discutir así con Wooyoung hacía que se pusiera enervante.- Por favor entiende, yo ahora solo pienso en pasar mas tiempo contigo, mi señor puede esperar.- le regala una sonrisa tranquilizadora, él tenía razón, lo único que pueden hacer ahora es aprovechar momentos juntos, crear recuerdos inolvidables, comer comidas que San aún no ha probado. Sería una pérdida de tiempo seguir discutiendo por algo que al fin y al cabo iba a suceder.

-Lo siento por alterarme así, es que no soporto la idea de que te vayas.- se sienta nuevamente en la silla cabizbajo. San se acerca a él y lo acoge en un abrazo protector, una de sus manos comienza a acariciar sus cabellos. Wooyoung se mueve entre sus brazos para levantar la mirada y lograr conectarlas con la de San, este lo observa tiernamete.- eres demasiado tierno que no puedo enojarme contigo.- dicho esto, lo toma de la cintura atrayéndolo hacia él para acabar sentado sobre su regazo y a ahorcadas de Wooyoung, representando una escena demasiado romántica.

Sus miradas se volvieron mas intensas que antes, San solo se limitaba a mirar los labios rosados de su querido casero, tragando la saliba que se le había acumulado en su boca, lo ansiaba. Sin aguantar ni un segundo mas, estampó sus labios sobre los de Wooyoung con ferocidad, este se sorprendió al repentino movimiento brusco de su inquilino, que tampoco se tardó en corresponder su beso con movimientos sincronizados. Su lengua se introdujo para explorar, ahora, el sorprendido era San, que soltaba leves jadeos al sentir su lengua moverse dentro y de vez en cuando encontrarse con la suya y bailar juntas a la par. Wooyoung lo sostenía de su nuca para profundizar aquel beso, sus partes bajas comenzaron a agrandarse y excitarse, estaban tan deseosos uno del otro. Ambos se separaron para recuperar el aliento, pero Wooyoung no se detenía, comenzó a besar y lamer el cuello de de San, que se estremecía al sentir su húmeda lengua deslizarse sobre su piel.

-Espera...- logró decir entre gemidos.

-¿Qué?- dijo a través de su cuello, separando apenas sus labios de la piel.

-¿Lo vamos a hacer de nuevo?-

-Lo haremos si tu quieres...-

Con un movimiento repentino, alzó a San como una princesa, este se aferraba a su cuello con si su vida dependiera de eso.

-Eres tan lindo San, te volvería a hacer mío una y mil veces mas.-

Lo llevó en brazos camino a la habitación, cayendo ambos al mismo tiempo sobre la cama, quedando Wooyoung encima de él. Una de sus manos comenzó a explorar su cuerpo, descendiendo hasta su virilidad, pero San lo detuvo.

-Hoy no... solo quiero dormir a su lado- Wooyoung lo comprendió, apenas acababa de volver y quería estar tranquilo. Aquel beso lo había encendido bastante, que hasta San se dejó llevar por los besos intensos de hace unos pocos minutos.

-Esta bien, lo siento, me deje llevar porque te extrañaba.- dejó un último beso para luego acomodarse bajo las sábanas.

Volteó para darle la espalda a San, estaba un poco avergonzado por haberse apresurado, maldiciendo así mismo por actuar de esa manera. Pero eso sólo duró unos segundos, una paz se apoderó de su cuerpo cuando San entrelaza sus brazos desde la espalda, sentía su presencia, haciendo que todo lo malo en su mente se esfumara. Volteó para ver su rostro y acariciarlo, luego lo atrajo hasta su pecho para abrazarlo y estrujarlo con cariño.

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En la hora del desayuno, San se había levantado temprano para preparar un gran festín para su casero/novio. Este le agradeció tanto, su estómago estaba tan hambriento, hasta cierto punto de dolerle.

-Eres genial, ya ni recuerdo en qué momento aprendiste hacer todo esto.- se encontraba en la mesa indeciso, sin saber por donde empezar.

-Sabes que siempre estaba viendo vídeos o leyendo libros mientras no estabas.- San seguía sirviendo huevos fritos sobre su plato y el de Wooyoung.

-Ya siéntate, es suficiente.- se levanta y le quita el sartén de sus manos, para luego casi obligarlo a sentarse en la silla. -Un buen día comienza con un gran desayuno.- se detiene para tomar la mano de San y proseguir a decir:- pero un buen día para mi, es comenzar el día contigo.- sonríe ampliamente para su hermoso inquilino/novio. Lo cual, le corresponde con el mismo gesto. Notó cómo sus ojos se pusieron vidriosos, pero Wooyoung no tenía pensado arruinar esa fantástica mañana. Cortó un trozo de wafles y se lo ofreció.- Ten, ¿quieres un poco de crema?- San asiente y se levantó en busca de nata.

Esa mañana transcurrió de manera tan acogedora, ambos se daban de comer, limpiaban sus bocas de forma cariñosa junto a unos que otros besos. Decidieron que no iba a tocar el tema por el momento, disfrutarían cada segundo juntos. La suerte de Wooyoung estaba de su lado, ya que las vacaciones de invierno estaban a la vuelta de la esquina, así ambos podrán estar mas tiempo juntos. También se le ocurrió hacer una lista de deseos que hicieron entre los dos, haciéndose cada vez mas extensa, preocupándose en que no llegasen a concebir todas aquellas cosas. Por eso, dejaron los deseos mas importantes primero:

☆-Salir a cenar.
☆-Tener una cita en el parque.
☆-Ir al cine.
☆-Comer un pote entero de helado juntos.
☆-Irse de viaje juntos.
☆-Tomar muchas fotos juntos.
☆-Comprar ropa de parejas.

A San le emociona tanto esa idea, que antes de irse a dormir, tacha un día de la semana para saber cuántos días quedan para las vacaciones de invierno, Wooyoung se enamora cada día mas de él, evitando pensar en su partida de la tierra. No se deja llevar por malos pensamientos, San esta a su lado en este momento y se siente amado tanto como él, eso es lo que de verdad importa.

ᴍʏ ꜱᴛʀᴀɴɢᴇ ʙᴏʏ - ᴡᴏᴏꜱᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora