Capítulo 24

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Cuando por fin llega a casa, San lo recibe con un gran abrazo, saltando y rodeándole la cintura con sus piernas. Nunca estuvieron tanto tiempo separados, un día puede ser poco, pero para ellos fue una tortura.

San dejaba varios besos por todo su rostro, luego se detuvo para saborear los labios de su novio. Ese beso iba cada vez mas intenso, Woo por instinto, caminaba en dirección a la habitación.

-Allí no, vamos a la cocina.-

-¿Que? No me digas que estuviste viendo esos videos.- siempre se le metía algo en la cabeza con una que otra fantasía sexual, no lo negaría, a Woo le excitaba demasiado cuando se le ocurría algo diferente durante el sexo.

-¿No puedo? Aprendo cosas nuevas y se que a ti también te gustan.- sonríe travieso y vuelve a atacar sus labios.

-Me descubriste.- se separa y suelta a San sobre la mesada.

Comienza por quitar la prenda superior y trazar un camino de besos por todo su torso desnudo.

-Apenas te toco y ya estas así.- dijo cuando una de sus manos roza su parte baja.

-Deja de hablar y usa tu boca para otra cosa.-

-Ahh ¿quieres que use mi boca?- hablaba sobre sus labios casi rozándolos, estaba impaciente al igual que él.- hoy te voy saborear, y que mejor hacerlo en la cocina.- se aleja para ir hacia la nevera y extraer de esta la crema batida.- recuéstate.- dijo agitando el frasco nata.

Esparce la nata por sus partes mas sensibles de su cuerpo; cuello, hombros, pezones y abdomen.

Procede a lamer la crema por todas aquellas zonas hasta que estuvieron completamente limpias.

-Aquí...- dijo levemente señalando el bulto de su pantalón.

-Si seguimos así engordaré.- lo toma de los brazos y lo ayuda a levantarse.

Entre besos le quita las prendas restantes, acto seguido, lo voltea haciendo que se recueste sobre el mármol frío. Lame e introduce un dígito en su interior, su otra mano se encarga de quitar a toda costa su propia ropa, impaciente por sentirlo nuevamente.

-¿Estuviste haciéndolo solo?- su dedo había entrado con facilidad, prosiguió con otro mas.

-C-cuando estuve v-viendo los videos l-lo hice ahhg~.- San soltó un gemido tan tierno, haciendo que la parte baja de Woo se endurezca, impacientándolo aún mas.

-Debiste esperarme.- Extrae sus dedos para ser reemplazados por su virilidad.

-E-espera, te olvidas de...- al estar de espaldas y boca a bajo, Woo no logró escucharlo y lo penetró con fuerza.

Palabras indescriptibles salían de la boca de San, mezclándose con sus jadeos. Woo continuaba con sus estocadas, sin percatarse de que se había olvidado el preservativo.

Se removía bajo suyo para liberarse de aquellas manos que sostenían con fuerza su cadera. Logra empujarlo causándole que retroceda unos pasos, pero vuelve a tomarlo por los muslos y lo voltea quedándose frente a frente.

-Te olvidaste el preservativo Woo...-

-Lo siento San, no creo poder detenerme, prometo no venirme dentro.- lo sienta sobre la mesada nuevamente e inserta su sexo de una sola vez, alza ambas piernas de San posicionándolas en sus hombros, para así tener un mejor alcance a su entrada.

En esa postura, sus rostros estaban a tan solo unos escasos centímetros, las cálidas respiraciones chocaban entre sí, aferrándose uno con el otro como si fuera el último abrazo.

Lo levanta cargándolo sin salir en él.

-Quiero probar otra pose.- se acerca al sofá del living, sentándose y dejando a San sobre él.- salta.-

-¿Q-qué?-

-Sabes lo que tienes que hacer, no hace falta que te lo explique. Anoche no dormí correctamente y estoy cansado. Te toca a ti hacer todo el trabajo.- San no dice nada mas, simplemente asiente.

Se sostiene sobre los hombros de Woo para una mejor movilidad, comenzando por levantar y bajar su cadera pausadamente. Era una pose nueva y se sentía de manera distinta, podía alcanzar fácilmente su punto dulce.

-Te ayudaré un poco.- posiciona ambas manos a los lados de su cadera imponiendo fuerza, facilitando la penetración.

Las estocadas se amplifican cada vez mas, se podía oír el golpeteo de sus carnes y sus geminos por toda la casa. Woo besa incontable veces el cuello del contrario, dejando atrás marcas notorias sobre su pálida piel.

Cuando estuvo a punto de venirse, salió rápidamente, salpicando entre ambos cuerpo un líquido blanquecino. Estaba acostumbrado a venirse dentro de San, que por poco se viene en su interior.

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El equipaje estaba hecho y la pareja lista para partir. Tan solo llevaban una maleta para los dos, ya que se quedarán dos días y una en noche un hotel frente al mar.

Se encontraban en el tren cuando de pronto, San suelta:

-Woo... tengo que decirte algo.-

-¿Qué sucede?-

-Pues... en todos estos días que salimos sentí algo.-

-¿A que te refieres?-

-Es como si mi señor estuvo cerca, pero solo tú estabas a mi lado. Es raro, hasta mi collar enviaba señales de que estaba cerca.-

-San... ¿quizás yo lo sea?-

-Puede ser y a la vez no, si lo fueras ya lo sabría.-

-Entonces ¿porqué caíste en mi patio y no en otro?-

-Eso también fue raro, por lo general siempre caemos cerca de dónde estuvo o vive nuestro señor.-

-¿No hay alguna forma de que yo lo sea?-

-No, al menos que mi señor me entregue a ti, lo cual nunca se vio anteriormente.-

-¿Y si le ofrezco dinero? ¿Aceptaría?-

-Eso está prácticamente prohibido, es como si estuvieras vendiendo un humano.-

-Esta bien esta bien, dejemos de hablar sobre esto, no me hace ningún bien.-

-Lo siento no quise...- fue interrumpido por un cálido abrazo repentino.

-Estoy bien, siempre y cuando estés junto a mi.- deja un tierno beso en su frente para luego estrecharlo en sus brazos.

El viaje duraba tan solo unas cinco horas, aprovechando el tiempo para descansar y recobrar energías para cuando lleguen a su destino.

ᴍʏ ꜱᴛʀᴀɴɢᴇ ʙᴏʏ - ᴡᴏᴏꜱᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora