Capítulo 36

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-¿¿¿QUE HICISTE QUÉ???- el mas bajo tapa sus oídos previamente a su obvia reacción.

-También comí con él ese día.- Yeo pensó que es mejor contarle todo de una sola vez.

-¿TAMBIÉN ESO?-

-¿Puedes dejar de gritar? estamos atrayendo la mirada de todos.- ahora mismo se encontraban en su turno de la cafetería.

-Nos encontremos en los lockers en veinte minutos.- su hora de trabajo terminaba dentro de ese lapso de tiempo.

Mientras que Yeo se cambiaba su uniforme, Mingi aparece con una expresión para nada amigable. Este se aproxima mas a él hasta conseguir acorralarlo contra los lockers.

-¿Q-qué haces?- sus nervios se mezclaban con recelo.

Mingi acorta la distancia con un rápido beso en sus labios.

-¿Ahora comprendes el porqué me preocupó por ti y que no quiero que ningún chico se te acerque?-

-Yo... Yo no sé que decirte, jamás pensé que tendrías esos sentimientos por mi.-

-Lo siento por esto, siento que me arrepentiré en un futuro si no hago esto ahora.- acuna su rostro entre sus grandes manos y junta sus labios en un beso más apasionado que el anterior. Yeo forcejea para quitárselo de encima, sus labios se movían contra los suyo de una forma que ya no quiso resistirse. Jamás lo habían besado de esa manera, se sentía extraño pero de alguna forma le gustaba.

Las manos del alto cambiaron de posición a su estrecha cintura, juntando así sus cuerpos. El beso aumentaba en ritmo y en lujuria, Yeosang se dejaba llevar por el encanto de su mejor amigo. Pero una persona apareció de repente en su cabeza e hizo que lo apartara de un solo empujón.

-Yeosang yo...-

-Tengo que irme.- tomó su mochila de unos de los lockers y se fue a toda prisa del lugar.  Dejando al mayor con la temperatura de su cuerpo demasiada alta por lo sucedido anteriormente.

Yeo se sintió raro, con un sentimiento de culpa que ni él mismo sabe el por qué. Aquel beso al principio le gustaba, pero en lo más profundo de su ser algo le impidió seguir. Supone que ya no será lo mismo que antes cuando se presente en frente de Mingi, esperaba que las cosas no se volvieran complicadas o incómodas, ya que trabajan varias horas juntos.

Luego del incidente, se dirigió a un mini super a comprar algunas provisiones que necesitaba. En uno de los mostradores se encontró a Jongho haciendo lo mismo, su corazón dio un vuelco cuando este lo miró y comenzó a acercarse.

-Hey, qué coincidencia ¿no?- fisgoneó su canasta de compras y se la arrebató.- ¿vas a comprar esto? Yo pago.-

-No es necesario, puedo pagarlo.-

-Puedas o no aún así déjame hacerlo. Somos amigos después de todo.- le otorga una radiante sonrisa, haciendo que todos sus malos pensamientos se desvanecieran en segundos. Ni Mingi ha logrado estos sentimientos en tan poco tiempo, y eso que días atrás odiaba rotundamente a este chico. 

-¿En serio no te molesta?-

-Ya ni siquiera sé en qué gastar el dinero, a si qué puedes comprar lo que sea.- al instante pensó en su madre y sus bombones favoritos, quien dentro de unos día cumplirá años, obtenerlos sería un gran regalo para ella.

-¿Lo que sea?- su compañero de compras asiente seguro. 

Yeo comienza a tomar varias galletas, jugos, frutas, dulces, hasta carnes rojas dentro del, ahora, carro de compras. Al menos por hoy no vendría mal quitarle un poco de dinero a un niño rico, pensó. No le hace mal nadie, en mas, su madre estará feliz de ver todas esas cosa deliciosas en el día de su cumpleaños.

ᴍʏ ꜱᴛʀᴀɴɢᴇ ʙᴏʏ - ᴡᴏᴏꜱᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora