Capítulo 37

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Cap. 37

Al día siguiente, Edith se levantó temprano para preparar una comida estupenda para Nicholas.

Pero cuando ella iba a desayunar, se encontró con que su esposo ya había salido temprano.

- Se despertó muy temprano- recordó- pero pensé que había ido a preparar el caballo o al despacho- pensó.

El teniente bajó a desayunar.

- Buenos días, Edith. Dime, ¿salió mi hijo?

- Sí, teniente, salió hace un rato.

- Espero que sea para asuntos relacionados con mis finanzas. Bueno, tendré que desayunar contigo.

Edith trató de no hacer suya la ofensa.

- Dígame, teniente, ¿sabe algo de mi padre? Es que no he podido ir a verlo.

- Si estás aquí, debes entender que ahora esta es tu vida. No deberías pensar mucho tu padre.

- Pero...mi padre está enfermo- dijo Edith.

- Lo sé pero...linda, debes irte preparando para lo peor.

La joven se quedó en silencio.

- Discúlpeme, no me siento bien.

La esposa de Nicholas subió a la habitación y ahí lloró un rato.

Mientras tanto, Nicholas se reunía con algunos acreedores de su padre. Uno de ellos era James, el antiguo pretendiente de Edith.

- Buen día, amigo Norton. Lamento volver a vernos en estas circunstancias.

- Yo también lamento volver a verlo...en cualquier circunstancia- susurró.

James arqueó los labios en tono de burla.

- Bueno, ya que aun así tenemos que encontrarnos, hagamos esta reunión menos...agresiva, ¿no le parece?

- Está bien. Revise los documentos y dígame cómo podemos renegociar esta parte de la deuda.

- Bien, permítame revisarlos...hay puntos un poco complicados de analizar. ¿Posee usted algo de más valor que pueda entrar en la negociación?- preguntó con sorna.

Nicholas notó que estaba hablando de Edith.

- Lo que tengo que sea de valor, no entra en la negociación.

- Lástima- dijo James- hay algunas cosas que me encantaría poder considerar para renegociar la deuda de su padre.

- Dé gracias- siguió Nicholas, en voz baja- que soy un caballero y que no estoy en disposición para reñir con usted...

- Por mí, puede usted discutir todo lo que guste.

Se apartó para hablar con otro acreedor.

Al fin, James le respondió.

- Voy a seguir pensando en cómo renegociar la deuda. En tanto, me gustaría cenar con usted, si no tiene inconveniente.

- Al contrario...trataré de que la cena no le sea demasiado indigesta, con su permiso- sonrió y se alejó.

James le dijo a lo lejos:

- No te preocupes, Nicholas Norton, ya verás qué bien vamos a renegociar esta deuda...

Cuando Nicholas llegó a la casa, buscó a Edith pero no la encontró. Subió a la habitación.

COMPRANDO TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora