Hasta que llegaste a mi mundo

¡TE AMARE!

Pov Calle

Eran las ocho de la mañana cuando el despertador empezó a sonar interrumpiendo mi dulce sueño.

Ayer le di el primer regalo a mi princesa, era un dije en forma de corazón el cual se abría por la mitad, en una de estas estaba una foto mía y en la otra una suya.

Hoy era un día de demaciadas sorpresas me levanté con cuidado de no despertar a Poché, me dirigui al baño para ducharme. Termine, me aliste y me vestí con un pantalón de mezclilla, una playera negra con un estampado de AD⚡DC y tenis Nike del mismo color.

Estaba parada frente a un espejo acomodando mi cabello, cuando siento que alguien me rodea por la cintura, inmediatamente su aroma inundó mis fosas nasales, Poché, me di media vuelta quedando frente a ella.

–Buenos días, cumpleañera–ella soltó una risita–Como amenesio la mujer más guapa del universo, y el amor de mi vida–le pregute mientras posaba mis manos en su cadera y las suyas en mi cuello.

–No lo sé, tu dime–me dio un beso en mis labios–Amaneci bien, gracias, también,  por el regalo de ayer y por preguntar–me contesto con una sonrisa en si rostro.

–Hablando de regalos te tengo uno más–le confesé caminando hacia la mesita de noche que estaba de mi lado donde dormía. De un de los cajones de este saque una pequeña caja del regalo que la verdad me ayudó a envolverlo Pau, yo soy malísima para eso–Ten–se lo extendí y ella me dio una sonrisa mientras lo tomaba.

–¿Qué es?–me pregunto abriendolo con todas sus fuerzas.

–Averigualo tu misma–le respondí.

Cuando por fin terminó de desenvolverlo, abrió los ojos como platos. Hace ya un tiempo me dijo que quería una pulsera de actividad pero nunca se la había comprado así que aproveché este momento. La caja que le tenía un regalo más adentro junto con una carta, en ella contenía un  libro. "Trilogía Cincuenta Sombras", también lo quería, ella leía mucho pero nunca lo encontró y de casualidad yo si.

Dejo las cosas de un lado y se acercó a mi y unio sus labios con los míos, era un beso lento y sincronizado por nuestros labios. Nos separamos por falta de aire, ella me dio las gracias y se fue a duchar.

Mientras ella estaba en la habitación duchandose, yo preparaba el desayuno, el cual consistía con unas, Tortitas de avena con mermelada de frambuesas, café y jugo, el mío era de apio, solo por la maldita nutrición, según la nutriologa del equipo, el de Poché era de Naranja, compré un ramo de rosas y las dejé junto su plato.

Al poco tiempo Poché apreció, ella vestía un falda verde olivo, playera blanca y tenis negros. Al percatarse de que el desayuno ya estaba listo y el ramo de rosas rojas aún  lado, sonrió y se volvió acercar a mi depositando un corto beso.

–Gracias–murmuró, tomando asiento en la silla que le jale.

–Te amo–le respondí y me senté a un lado suyo.

Después de ese desayuno tan rico, me lo dijo Poché, salimos a dar un paseo corto por la plaza que estaba cerca de la casa.

–Amor quiero un helado–me dijo Poché.

–Esta bien amor, vamos–entramos al local donde los helados–De que lo vas a querer Bonita.

–De limón–me respondió y se fue a sentar una pequeña mesa de dos. Estaba pidiendo los helados cuando veo que un pibe se le acerca a Poché, ella no estaba tan lejos así que escuchaba su conversación sin complicaciones.

–Hola mucho gusto soy Manuel Turizo ¿Y tu eres?–el dijo mientras que ella lo miraba con el ceño fruncido.

–¿Por que te tendría que dar mi nombre, no te conozco y mi novia está por haya?–le respondió y no puede evitar sonreír.