Capítulo 5

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–Atención, por favor. –dijo la profesora McGonagall entrando a la sala común. –Debido a los acontecimientos recientes, la escuela exige que se cumplan determinadas normas de inmediato. –desenrolló un pergamino y comenzó. –Todos los alumnos deberán regresar a sus salas comunes a las seis en punto de la tarde; un profesor acompañará a los alumnos hasta dentro del aula, sin excepciones. Y he de comunicarles que si no se llegara a capturar al agresor, la escuela procederá a su clausura.

La profesora se marchó dejando a los alumnos hablando entre ellos; Harry, Ron y Hermione comenzaron a hablar entre ellos para buscar una solución a lo que ocurría.

–Debemos hablar con Hagrid, chicos. –dijo Harry. –No creo que haya sido él, pero si soltó un monstruo la última vez, sabrá como entrar a la cámara secreta. Algo es algo.

–Ya has oído a la profesora, no podemos salir salvo para ir a clase. –dijo Ron preocupado.

–Además nos podríamos meter en un buen lío, deberíamos dejarle esto a los profesores, Harry. –comentó Hermione.

–Debemos hacerlo, por Duska. –Hermione lo miró seria. –Es hora de usar la capa de invisibilidad. Esta noche iremos a casa de Hagrid, estad listos.

Durante la tarde, Hermione caminó hacia la enfermería para ver a Duska, se sentó en una banqueta al lado de la cama y la observó apenada, ella no tenía porqué haber acabado así, no se lo merecía. Estaba sumida en sus pensamientos cuando notó que alguien la llamaba, se giró y se encontró con una chica rubia, una pelirroja y una pelinegra de ojos verdes, las tres mirando con preocupación.

–¿Eres Hermione, no? –preguntó Alex viendo a la castaña, Hermione asintió y la pelirroja sonrió. –Soy Alex, ella es mi hermana Kara y ella es Lena, somos amigas de Duska. Hemos venido a ver como está.

–Soy Hermione, pero creo que ya lo sabéis.

–Sí, Duska no para de hablar sobre ti. –Lena sonrió divertida.

–Esperemos que esto se pase para que todos vuelvan a ser ellos. –dijo Kara viendo a todos los alumnos petrificados. –Me preguntó quién haría algo tan horrible.

Hermione no dijo nada, solo miró a Duska durante todo el tiempo en el que se quedó en la enfermería. En la hora de la cena ninguno del trío de oro tenía mucha hambre, simplemente comían por comer, y sus compañeros lo notaron, ellos no conocían mucho a Duska pero sí habían entablado alguna conversación rápida.

Los Slytherin fueron los más afectados, sobre todo Draco, él no paraba de vociferar que el que había hecho esto lo pagaría caro. Pese a sus disputas con su hermana, él la quería mucho y nunca le había deseado nada malo, eran familia después de todo.

Al caer la noche, los tres salieron de la sala común y se dirigieron a la cabaña de Hagrid. Tocaron a la puerta y Hermione observó como encima de una valla habían unos guantes, los cuales había usado Duska para hacer sus castigos en el huerto de la escuela. Hermione suspiró, todo le recordaba a la rubia.

–¿Quién es? –preguntó Hagrid con una ballesta en su mano.

–Somos nosotros. –anunció Harry quitándose la capa de invisibilidad. –¿Qué pasa?

–Oh, nada. Solo estaba esperando que...No importa.

Hagrid los invitó a tomar un té pero el semigigante parecía nervioso por algo y vertió más té del que la taza permitía.

–¿Te has enterado de lo de Duska? –preguntó Harry.

–Oh, sí. Una lástima. –dijo Hagrid con tristeza. –Desde luego que me he enterado.

¡No soy cómo ellos! (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora