Capítulo 4

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La noche de la fiesta del profesor Slurghorn llegó, Duska se arregló pero no demasiado, se vistió con unos pantalones y una camisa de manga larga para tapar la marca tenebrosa. Al salir de la sala común caminó hacia la sala común de Gyffindor para esperar a sus amigos. Por el camino pensó dónde estaría su hermano, hacía unas horas que no lo veía y quería hablar con él sobre lo que había ocurrido con ella.

–Ya estamos. –avisó Hermione saliendo de la sala común, siendo acompañada por Harry.

–¿Dónde está Ron? –preguntó Duska confundida.

–Al parecer Nimue y él han hecho otros planes. –explicó Harry con una pequeña sonrisa. –Vayamos, no quiero llegar tarde.

El trío llegó al lugar donde se celebraría la cena, en la mesa Duska se sentó al lado derecho de Hermione mientras que Harry se sentó a su izquierda. Cormac miró por un momento a Hermione pero se encontró con la mirada asesina de Duska, él carraspeó nervioso y apartó la mirada.

–Para los que no lo sabéis, el tío de Marcus inventó la poción matalobos. –dijo Horace con una sonrisa. –¿Está trabajando en algo nuevo?

–Ni idea. Él y mi viejo no se hablan, dice que eso de las pociones es una gilipollez, que la única poción que funciona es un buen copazo después de currar. –comentó Marcus comiendo como un cerdo.

–Y usted señorita Granger, ¿A qué se dedican sus padres en el mundo muggle?

–Mis padres son dentistas. –dijo Hermione algo cohibida y todos se quedaron en silencio sin entender la profesión.

–Arreglan los dientes de las personas. –explicó Duska molesta del silencio incómodo que se había formado. –Analfabetos.

–Fascinante. ¿Se considera una profesión peligrosa?

–No. –dijo Hermione sin saber qué decir.

–Sé que no le interesa la profesión de los señores Granger y que solo pregunta por educación, así que en lugar de fingir interés puede dirigir su conversación al cerdo de Marcus o Cormac en su lugar, profesor. –gruñó Duska haciendo que Horace se intimidara con la mirada de su alumna.

La cena continuó hasta que Ginny llegó, Hermione susurró a sus dos amigos que Dean y ella habían discutido una vez más, por eso la menor de los Weasley parecía algo decaída. Cuando la cena terminó todos regresaron a Hogwarts a excepción de Harry, él se quedó hablando un poco más con el profesor.

–Gracias por defenderme, Duska. –agradeció Hermione con una sonrisa mientras entrelazaba su mano con la de la Slytherin.

–Siempre te protegeré, pase lo que pase. –dijo Duska con una sonrisa triste.

Ambas se despidieron con un corto beso antes de que cada una fuera a su sala común. Nada más Duska observó que solo se encontraba su hermano leyendo una revista de Quidditch, supo que era el momento idóneo para preguntarle, por lo que se acercó a él con decisión.

–Draco. –le llamó y él alzó la vista para ver a su hermana. –Necesitamos hablar de algo.

–Creo que sé a qué te refieres, hermana. –suspiró el Slytherin cerrando la revista y dejándola en la mesa de cristal.

–Entonces no tendré que preguntarlo. Díme cómo ocurrió.

–Por lo que sé, el señor tenebroso supo de tu secreto y ahora desea usarlo a su favor. El año pasado mandó a Bellatrix para que te lanzara un Imperio, gracias a ese hechizo consiguieron convertirte en un mortífago sin que fueras consciente de eso. –explicó Draco a Duska casi en un susurro. –Las órdenes son claras para ambos, uno de los dos debe matar a Dumbledore.

¡No soy cómo ellos! (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora