Capítulo 3

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–Duska, deberías preguntarle a Hermione, estoy segura de que aceptará. –dijo Luna mientras acariciaba a un Thestral.

–Pero tengo miedo, Luna. Nunca le he pedido a nadie una cita, y mucho menos pedirle que sea mi novia. –respondió Duska apoyando la cara en el thestral, y lo acariciaba con cariño.

–No debes tener miedo. Siempre hay que intentar hacer las cosas aunque luego no tengas el resultado que querías. Además, es obvio que ambas os gustáis, todo saldrá bien.

Duska y Luna aprovecharon que no tenían clases para ir al bosque a ver a los Thestrals, la Slytherin se quedó con ganas de verlos el primer día de curso y acompañó a su nueva amiga, aprovechando que ella iba a darles de comer e incluso acariciarlos. Ambas estuvieron unos minutos más hablando hasta que escucharon unos pasos acercarse, Duska sonrió cuando vio que se trataba de Harry.

–Hola Harry Potter. –saludó Luna sin girarse.

–Tus pies, ¿no tienes frío? –preguntó Harry con voz cansada.

–Un poco, por desgracia me han desaparecido todos mis zapatos. –respondió la Ravenclaw sin darle mucha importancia. –Supongo que los Nargles están detrás.

–¿Qué son? –preguntó Harry viendo al Thestral que acariciaba Luna, extender las alas y caminar por la zona.

–Son Thestrals. –explicó Duska con una sonrisa. –Son muy pacíficos, pero la gente los evita porque son un poco...

–Diferentes. –terminó de decir Harry y ambas chicas sonrieron. Harry volvió a preguntar mientras seguía a Luna, quien se acercaba a un bebé Thestral. –¿Por qué no los pueden ver los demás?

–Los únicos que pueden verlos son los que han visto la muerte. –explicó Luna viendo al azabache.

–Entonces, has conocido a alguien que ha muerto.

–Mi madre. Era una bruja extraordinaria pero le gustaba experimentar, un día uno de sus hechizos salió mal, yo tenía 9 años. –dijo la Ravenclaw con algo de nostalgia.

–Lo siento. –dijeron Harry y Duska al unísono haciendo sonreír a la chica.

–Si, fue bastante horrible. Me siento triste a veces, pero me queda mi padre. Los dos os creemos, por cierto. –dijo Luna sacando una manzana de su mochila y mirando a sus dos compañeros. –Sobre que él ha regresado.

–Menos mal que tenemos a alguien que nos cree, Harry. –comentó Duska con una sonrisa. –Ya nos tachaban de locos.

–¿Tú a quién conoces que ha muerto, Duska? –preguntó Harry recordando que solo los que han visto la muerte pueden ver a los Thestrals.

–A alguien. –respondió la rubia evitando el tema. –Que murió. Y como murió puedo ver a los Thestrals ya que esa persona está bien muerta.

–Bueno. Gracias, Luna. Parece que sois los únicos que nos creéis. –dijo Harry ignorando el comportamiento de su mejor amiga.

–Creo que eso no es así. Pero supongo que es como él quiere que os sentáis. –comentó Luna tirando la manzana al bebé Thestral pero no se la comió.

–¿Qué quieres decir? –preguntó Harry.

–Si yo fuera quien tú sabes, querría que te sintieras apartado de todos, por que si estás solo no serías una gran amenaza. –explicó Luna con astucia.

Luna tiró un trozo de carne cruda y el bebé Thestral no dudó en comérsela, sacando así una sonrisa a los tres. Decidieron regresar al castillo para la cena, cuando comenzaron a escuchar a McGonagall y a Umbridge comenzando a discutir. El cuarteto se reunió en la puerta del gran comedor, y Hermione no dudó en abrazar a Duska mientras observaban lo que ocurría frente a ellos.

¡No soy cómo ellos! (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora