–Entonces, ¿te vas a quedar? –preguntó Ron sorprendido.
–Así es, Dumbledore quiere que ayude con una cosa y no puedo marcharme. Así que estaré aquí cuando volváis en septiembre. –comentó Duska despidiendo a sus amigos en el andén.
–Sea lo que sea, ten cuidado. Quiero verte de una sola pieza cuando regrese. –dijo Hermione no muy conforme con que se quedase allí.
–Tendré cuidado. Además, así descanso de los Malfoy.
–¿Les has avisado? –preguntó Harry.
–Les mandé una carta, y mi padre respondió que en estos momentos no tenía tiempo para preocuparse por un estorbo como yo, así que estoy tranquila de que al menos no me van a molestar.
–Deberías preocuparte por ellos, son tus padres después de todo.
–Lo sé, pero no estoy orgullosa de ellos, lo único que tengo que agradecerles es haberme dado la vida, nada más.
Duska se despidió con un abrazo de sus amigos, Hermione aprovechó y le dio un beso en la mejilla para luego marcharse rápidamente con una sonrisa mientras Harry y Ron observaban la escena con una sonrisa. La rubia se despidió también de Kara y su hermana, aunque no habían podido hablar mucho se despidieron para poder verse el año que viene, ambas se prometieron mandarse cartas para saber como iba su verano.
Hagrid se puso al lado de Duska, quien veía como el tren partía hasta alejarse de la estación. La rubia estaba feliz de quedarse y no tener que ver a sus padres, pero por otro lado le preocupaba no estar a la altura de cuidar de un basilisco, era mucha responsabilidad para una niña de doce años, casi trece.
–¿Estás preparada?
Por supuesto, Hagrid sabía que era lo que debía cuidar Duska, Dumbledore le dijo a la rubia que confiaba más en él que en cualquiera y la chica aceptó, pues también confiaba ciegamente en el semigigante. Claro que Dumbledore omitió la parte en la que era una chica que había renacido en este mundo, simplemente le contó que tenía afinidad con Fawkes y entendía a las criaturas mágicas, algo poco común incluso entre los magos y brujas.
–Creo que sí. Esperemos que esté a la altura.
–Te llevaste bien con Fluffy en segundos, un basilisco no será nada.
–Una cosa en un can cerbero y otro un basilisco, son muy diferentes. Pero creo poder lograrlo, siempre y cuando me guies, maestro.
–Por supuesto, Duska. Cuenta conmigo. –Hagrid rió divertido.
Ambos caminaron de nuevo a Howgarts donde Duska se vistió con ropa más cómoda y no con el uniforme, se sentía algo sola en la sala común pero se acostumbraría, además así no tendría interrupciones cuando esté cuidando al pequeño basilisco.
Duska se marchó a la biblioteca para estudiar todo lo que había sobre los basiliscos, no había mucha información pero sabía como cuidar de una serpiente. Su hermano en su otra vida tuvo una serpiente y fue ella quien terminó cuidando del reptil, un basilisco no seria muy diferente, solo era una serpiente un poco más grande y peligrosa.
* * *
Los días fueron pasando y Duska aprovechó todo el tiempo para explorar a fondo el castillo, estudió algunas asignaturas que le costaban e incluso consiguió que Snape le diera una clase sobre tipos de pociones. En pocos días Duska se sabía todos los túneles secretos de Hogwarts, o al menos eso pensaba, no tenía el mapa del merodeador para saber los demás túneles pero no le molestaba.
También ayudó a Hagrid con algunos asuntos del bosque encantado donde se encontró con Firenze una vez más, esta vez mantuvieron una conversación más larga y el centauro le explicó a la joven Malfoy como vivían los de su especie y algunas otras criaturas.
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¡No soy cómo ellos! (chicaxchica)
FanfictionDuska Malfoy creció con todo lo que podía desear, un día llega su carta a Hogwarts y junto con su hermano van al mejor colegio de magia y hechicería. Allí su hermano comienza a molestar a Harry Potter, el niño que sobrevivió y a sus amigos; un Weasl...