Capítulo 4

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Los días pasaron hasta que una tarde lluviosa se enfrentarían Gryffindor contra Hufflepuff, Duska se vistió con un chubasquero para evitar mojarse mucho, Hermione y Ron llevaron unos paraguas para protegerse de la lluvia. Duska estaba algo inquieta sabiendo lo que pasaría, además también recordó lo que Snape les contó en la clase que supuestamente les tendría que haber dado Remus, pero al faltar, Snape les explicó a los alumnos algunas cosas sobre los hombres lobo.

–¡Hufflepuff ganará! –gritaban los alumnos de Hufflepuff para animar a su equipo.

–No veo a Harry. –dijo Ron viendo por los binoculares.

–Si sube muy arriba será peligroso, deberían hacer algo. –protestó Hermione viendo preocupada el cielo.

Duska se marchó rápidamente de donde estaba para coger una escoba que había en los banquillos de Gryffindor, y antes de que algunos jugadores se lo impidieran, salió volando hacia el cielo. Esquivó al buscador de Hufflepuff y vio como unos compañeros lo cogieron antes de que cayera al suelo. Siguió subiendo hasta que unos rayos formaron la forma de un perro, gracias a unas nubes, y a lo lejos pudo ver a Harry persiguiendo la snitch.

Intentó acercarse a él pero cada vez habían más dementores, algunos comenzaron a perseguir a Harry hasta que su amigo bajó en picado para evitarlos. Con lo que no contó fue con que uno de ellos apareció frente a él y le dio el famoso beso del dementor. Harry se soltó de la escoba y cayó al vacío.

–¡Harry! –gritó Duska asustada.

Bajó en picado con la esperanza de atraparlo antes de que se chocara contra el suelo, los rayos alumbraban todo el estadio y dejaban ver a los dementores, algunos de ellos siguieron a Duska con la intención de robarle su felicidad.

Todos comenzaron a chillar al ver que Harry caía en picado, Ron miró asustado la escena y Hermione se llevó las manos a la boca viendo como Duska intentaba agarrar a Harry. La rubia consiguió cogerlo y apretarlo a ella para mantener el equilibrio, antes de que pudieran celebrar todos vieron como un dementor se acercaba por detrás a Duska.

Chillaron asustados pero antes de que Dumbledore pudiera lanzar un hechizo, Duska se giró hacia el dementor y con su mano libre le apuntó con su varita.

–¡Especto Patronum! –pronunció Duska fuerte y claro.

Una enorme sombra plateada salió salió con fuerza del extremo de la varita de Duska, y se mantuvo entre ella y el dementor hasta que la criatura escapó hacia el cielo con el resto de sus compañeros. Duska descendió hasta el césped del estadio donde dejó a Harry con cuidado en el suelo, algunos profesores vinieron para socorrerlo y llevarlo a la enfermería.

Duska miró a su alrededor y todos los estudiantes estaban en completo silencio, era la primera vez que veían a alguien usar un encantamiento tan avanzado, y que todavía no habían dado en clase. La rubia sonrió y se marchó de allí corriendo para evitar responder preguntas.

–¿Cuándo dejaré de meter la pata? –se preguntó a sí misma.

Debía actuar normal y pasar desapercibida tal y como le había dicho Dumbledore, pero le era imposible quedarse quieta y sin hacer nada. Ahora debería dar explicaciones a todos, sobre todo a sus amigos, y sabía que se reuniría con ellos pronto para ir a ver a Harry a la enfermería.

Las horas pasaron y Duska se las pasó en el bosque prohibido bajo un árbol centenario, cuando vio la hora decidió acercarse por la enfermería para ver a su amigo, sería mala amiga si no iba a verle. Cuando llegó a la puerta de la enfermería escuchó como Hermione y Ron le explicaban lo que había ocurrido, y el pelirrojo le enseñaba su escoba rota a causa del sauce boxeador.

¡No soy cómo ellos! (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora