Capítulo 7

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–Los Horrocruxes puden ser cualquier cosa. –comenzó a explicar Dumbledore a sus dos alumnos. –Los objetos más comunes, cómo un anillo o un diario.

–El diario de Tom Riddle. –susurró Harry sorprendido.

–Era un horrocrux. –comentó Duska y Dumbledore asintió.

–Hace cuatro años cuando salvaste a Ginny en la cámara secreta me trajiste esto, supe entonces que era una magia muy distinta, muy oscura y muy peligrosa. Pero hasta esta noche no sabía cuánto.

–¿Y el anillo? –preguntó Duska con interés.

–Perteneció a la madre de Voldemort, difícil de encontrar y aún más difícil de destruir. –Dumbledore mostró su mano derecha dejando estupefactos a ambos.

–Pero si se encuentran todos, y se destruye cada Horrocrux...

–Se destruiría Voldemort. –terminó Duska la frase de Harry haciendo que este la mirase pero ella seguía mirando al director.

–Así es.

–¿Cómo se podrían encontrar? –preguntó Harry. –Podrían estar en cualquier parte.

–Cierto. Pero la magia, en especial la oscura, deja rastro. –comentó Dumbledore y Harry tocó el anillo trayendo consigo algunos recuerdos.

–Ahí es dónde iba, ¿no? Cuando se ausentaba. –señaló Duska, Harry la miró y dirigió su mirada al director.

–Sí. Y puede que haya encontrado otro, pero esta vez no creo poder destruirlo yo solo. –dijo Dumbledore intercalando miradas entre ambos alumnos.

Después de hablar con Dumbledore, ambos regresaron a las clases que tenían por la tarde pero ninguno de los dos se dirigió la palabra. Duska pasó las clases con Lena, Kara y Nimue en algunas ocasiones, por lo demás no se relacionaba con el trío de oro. Bueno, a excepción de Ron y Hermione, con quienes se seguía hablando.

Al terminar las clases, Duska se marchó a su habitación para cambiarse de ropa y vestirse con algo más cómodo. Cuando se cambió de camiseta notó el colgante que los padres de Hermione le regalaron con el nombre de su novia escrito en él. Duska lo miró con nostalgia mientras lo miraba y acariciaba con sus dedos.

–Ojalá pueda terminar con esto pronto para estar tranquilas. –susurró con una sonrisa triste.

Se guardó el colgante por dentro de la camisa para que nadie más lo viera, y se marchó de la sala común Slytherin para ir a la torre de astronomía, donde sabía que Dumbledore estaría hablando con Snape. Con lo que no contó fue con que Harry se adelantó a ella, y ahora ambos se miraban sin saber qué decir en medio de la escalera.

–Ha pensado en algún momento que pide y da demasiado. –comentó Snape viendo al director. –¿Se le ha pasado por esa brillante mente que no quiero seguir haciendo esto?

–Tanto si es así cómo sino es, es irrelevante. No negociaré contigo, Severus. –respondió Dumbledore viendo al frente, y no a su profesor. –Accediste, no se hable más.

Snape apretó los puños para luego dar la vuelta, al bajar por las escaleras se encontró con Harry y Duska, a quién miró fijamente antes de seguir bajando. No sin antes echar una mirada de advertencia a la Slytherin. Harry y Duska se miraron antes de subir para estar con el director, quién seguía dándoles la espalda.

–Ah, Harry, Duska. –saludó Dumbledore con una pequeña sonrisa. –A ver si nos afeitamos, Harry, amigo mío. Y Duska, deberías cortar tu pelo, lo tienes bastante largo.

Dumbledore dando consejos de peluquería. –pensó Duska con diversión. –Aunque él es el que debería cortarse el pelo y afeitarse.

¡No soy cómo ellos! (chicaxchica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora