Capítulo 40 *El amor lo perdona todo*

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Narra Alicia

Ya no quería pensar más... Él me había mentido, Paulo Guerra era un traidor, de eso no cabía duda. Había llorado noches y días enteros por su causa, estaba cansada de que me llamara o mandara mensaje, ¡lo quería lejos de mi!

Estoy enojada conmigo también por haberle creído ese "amor" que decía tenerme, ¿por qué fui tan estúpida?

No me molestó que haya gustado de Majo, si no que no hubiera tenido el valor para decirmelo... ¿Dónde quedó la confianza que deciamos tenernos? Y por más que busco justificar sus malas acciones, no puedo, él nos puso en riesgo a todo el grupo por la envidia que le guardaba a Daniel... ¡Qué idiota! ¡Lo odio tanto!

No me interesa saber nada de él, después de haberle perdonado varias cosas del pasado, lo seguía amando a pesar de todo y él... ¡Solo jugó conmigo! Y es tan deprimente que toda nuestra historia se haya acabado por desconocidos que ni idea tenían de lo nuestro, pero Paulo fue quién permitió que eso pasara... Ya no puedo más, necesito olvidarlo, olvidarlo para siempre.

Sin embargo, a veces la vida no te dá lo que quieres ¿no? O quizá el destino influya en estos casos...

—¡Hija! - escuché el grito de mi mamá desde el piso de abajo, me levanté con cuidado y fui a verla, porque de seguro necesitaba ayuda.

—Mande, mamá - respondí bajando las escaleras a una gran velocidad, todavía me encontraba con mi pijama puesta.

—Te busca alguien - mencionó haciendo gestos raros hacia la puerta y una sonrisita se le escapó. Algo confundida volteé a ver de quien se trataba y me topé con mi cruda realidad... El maldito de Paulo Guerra recargado sobre la puerta principal y las manos en sus bolsillos, miré acusatoriamente a mi mamá por dejarlo entrar. ¡No estaba de humor! - Debes hablar con él, ambos tienen un aspecto terrible - susurró con ternura mientras me acariciaba la mejilla, yo me limité a fingir una sonrisa que salió más como mueca y dí un largo suspiro.

—Esta bien, mamá - contesté resignada, ella se fue dejándome a solas con aquel sujeto, que para mi se había convertido en un extraño con su actitud.

Me acerqué con pasos pequeños hacia donde él se encontraba, era verdad lo que me dijo mi mamá, Paulo tenía unas ojeras notables y estaba demasiado pálido... Quizá yo me veía de ese modo también.

—¿A qué veniste, Guerra? - pregunté evadiendo su mirada y con algo de frialdad en mi voz.

—Quiero hablar contigo - a penas tocó mi brazo con la yema de sus dedos y por instinto me alejé de él.

—Ya todo está dicho, creo que es una pérdida de tiempo seguir con un tema tan absurdo... - espeté mirando hacia abajo.

—Necesito que me escuches - me sujetó de mis dos hombros e hizo que lo mirara directamente  - Quiero que sepas que espero que algún día puedas perdonarme. No soy un chico que todas las chicas desearían tener, pero soy un pobre chico con un corazón herido... Herido porque se lo entregó a una bonita chica que lo ayudó a ser mejor persona y a luchar por sus sueños, pero no supo como amarla de verdad y el muy estúpido la perdió... Y este chico quiere que aquella chica cure el daño que les hizo a ambos, quiere empezar de cero la relación, desea con todo el corazón hecho pedacitos que vuelvan a estar juntos... Si tan solo ella le diera una oportunidad, sabe que sería una de tantas que le ha dado.. Pero asegura que tratará de no volverle a fallar.

—Por más que quiera, en este momento no puedo hacerlo - dije con lágrimas en los ojos, quería negarlo, sin embargo, mi corazón latía cada vez que lo tenía cerca o con tan solo pensar en él... Esto es muy díficil, quería abrazarlo y besarlo en este instante, pero tal vez mi orgullo o las circunstancias me lo impedían.

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2020 ⏰

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