Holy

V

Esta historia no es mía, yo solo la traduzco. La autora original es nonsenseverses
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La furia de Eddy se había disipado para cuando llegó al apartamento, pero sus ojos seguían de color rojo. Comprendió que luego de un asesinato como ese, sus ojos se quedarían así por varias horas.

Abrió la puerta del baño donde Brett yacía tendido en el piso de azulejos, con mucha más sangre en la cara de la que tenía antes de que Eddy se fuera.

—¿A dónde fuis- preguntó Brett, apagándose cuando vio las manos manchadas de sangre de Eddy. Reconoció de quién era cuando la olió. Se empujó hasta la esquina del baño, encogiéndose del miedo una vez que unió los puntos.

Eddy ignoró la pregunta y lavó sus manos en el grifo, volteandose hacia Brett.

Extendió la mano, ofreciéndosela a Brett.

—Vamos, tienes que limpiarte.

Brett estaba atónito de como Eddy podía estar tan normal luego de, literalmente, haber asesinado a alguien.

—N-No, no me toques. —quiso replicar Brett, pero fue interrumpido cuando las grandes manos de Eddy tomaron su cintura y lo levantaron hasta la encimera del baño sin esfuerzo alguno.

Brett estaba muy débil como para defenderse así que aceptó su derrota.

Eddy puso una pequeña toalla bajo el agua tibia y se la dio al ángel.

Brett solo observó con una mirada vacía la toalla.

—¿Vas a obligarme a hacerlo? — suspiró Eddy, y comenzó a limpiar el rastro de sangre del mentón de Brett.

Brett inconcientemente se inclinó hacia el calor de la mano de Eddy en su hombro, que lo mantenía estable, y la calidez de la suave toalla en su cara. Y sólo en unos segundos, se había dormido, con la cabeza apoyada en la mano de Eddy.

Eddy suspiró más fuerte esta vez, tomando al ángel en sus brazos y cargandolo hasta el sofá. Metió a Brett bajo las mantas y le quitó los lentes.

Se quedó parado allí, mirando a Brett dormir pacíficamente, tosia un poco de vez en cuando. Eddy fue a su habitación y tomó la manta de su cama, regresó a la sala y se acomodó en el sofá individual. Tenía que asegurarse de que Brett no muriera mientras dormía, así que decidió dormir ahí por esa noche.

•••

Brett se despertó la mañana siguiente sintiéndose...¿normal? Dejando de lado el hecho de que la cabeza y  todo el cuerpo le dolía, su temperatura parecía haberse regularizado y ya no temblaba.

Se sentó y se giró para encontrarse a Eddy saliendo de la cocina, en una mano dos cajitas y en la otra una taza de lo que parecía ser café. Sus ojos rojo oscuro le recordaron a Brett los eventos de la noche anterior y tembló. Eddy había matado al cantinero.

Se hundió en el sofá cuando el demonio se acercó. ¿Cuánto faltaba para que matara a Brett también?

—¿Café? —preguntó Eddy, su voz sonó tan profunda y grave que hizo que Brett se sobresaltase.

—N-No, yo no beb-

—Ah, sí. Los ángeles no beben cafeína —recordó Eddy—, o alcohol, pero mira donde estamos ahora.

Brett no se rió, en cambio se quedó allí incómodamente, jugeteando con sus dedos.

•••

Eddy deslizó la pequeña caja de cartón por la mesita hasta Brett.

—Toma —dijo, viendo las reacciones de Brett mientras la abría.