XXX

176 14 2
                                    

Esta no es mía, yo solo la traduzco.
La autora original es nonsenseverses







El muchacho se arrodilló frente al trono del rey, aún tenía puesto el delantal de la cafetería.

-Mi Lord.

-¿Si? -inquirió Lucifer esperando impaciente una respuesta.

-Ellos estuvieron afuera hoy. Los seguí, en la nieve.

-¿Y el ángel?

-Yo sumiría que no se encuentra bien.

-Muy bien humano. Estás libre.

Con la nueva información, Lucifer salió por el balcón del palacio, volando con prisa al castillo de su padre, entrando al estudio una vez que arribó.

-Padre -anunció sonriendo con malicia.

-Ya es hora.

A Eddy no le importó la cerámica rota en el piso mientras corría al dormitorio, buscando el origen de ese desamparado estornudo.

-¿Brett? -le llamó entrando a la habitación.

Encontró al ángel acostado en la cama, fregándose los ojos con cansancio y arrugando la nariz.

-¡Buenos días E- -Otro pequeño estornudo interrumpió el ángel.

El demonio se acercó a él, quitándole mechones de cabello de los ojos, notando cómo su frente parecía estar más caliente de lo normal.

-¿Qué sucede? -preguntó Eddy con temor, a pesar de que ya sabía la respuesta.

-Creo que estoy enfermo.

Lo primero en la lista, fue preparar una taza de té para el ángel, lo perfectamente caliente para que no se quemara la boca. Una vez hecho esto, comenzó a pensar las opciones.

No pudo haber sido algo que Brett haya comido o bebido -hoy en día, Eddy siempre revisaba si tenían es revelador olor del fuego infernal-.

En realidad, sólo había otra opción, y era que Brett haya enfermado debido al frío. Lo que no sería una sorpresa si fuera un humano, considerando cuanto tiempo estuvieron fuera y cuán húmeda estaba la ropa del ángel. Pero él no era un humano, lo cuál lo hacía más preocupante.

Una tos sacó a Eddy de sus pensamientos.

Fue directo junto al ojidorado.

-¿Necesitas algo? ¿Agua? ¿Comida?

El más bajo negó con la cabeza en silencio, sólo dio unas palmaditas a la cama junto a él.

Eddy asintió y se metió bajo las mantas, acercando a Brett.

El ángel se sentía terrible. No sólo estar enfermo físicamente le afectaba, con el cuerpo adolorido y su cabeza le punzaba, tampoco la estaba pasando bien mentalmente. Toda esta situación ya la conocía bien, y los recuerdo de su casi muerte eran traumáticos, por decirlo a la ligera. No podía evitar recordar el miedo que sintió en ese apartamento antes de quedar inconsciente, rogándole a Eddy que no lo dejara morir solo. Pero esta vez era peor, porque, a pesar de no estar tan enfermo (aún), no podía dejar de pensar el hecho de que si él moría, tendría que dejar a Eddy. Él no quería eso -nunca.

-Te amo. -croó Brett casi llorando. Sus cristalizados ojos dorados se alzaron, mirando al demonio.

Eddy tragó el nudo en su garganta. Sujetó la cara caliente de Brett entre sus dos manos y lo besó dulcemente.

HolyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora