XXVI

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Esta no es mía, yo solo la traduzco.
La autora original es nonsenseverses







Fueron los pasos calculados de Brett lo que rompió el corazón del demonio.

Y los abatidos ojos del ángel, sus hombros encorvados, su postura asustadiza; todo eso reunió los pedazos del corazón del castaño y los hizo añicos.

Tenía miedo de Eddy, de nuevo.

—Lo siento —susurró Eddy, su voz llena de vergüenza y pesar. Siempre odió ser hijo de su padre, pero ahora más que nunca. Quería decirle al ángel que esto no cambiaría nada, pero estaría mintiendo. Esto cambiaba todo.

Brett se mordió el labio nervioso. No estaba del todo seguro cómo responder, para nada en realidad.

—Yo- —comenzó, deteniéndose en seco cuando se dio cuenta que no tenía palabras para el demonio— sólo dame algo de tiempo... ¿por favor?

Observó a Brett arrastrar los pies de vuelta al dormitorio y cerrar la puerta despacio detrás suyo, como si esta fuera muy pesada. No escuchó el ruido del cerrojo.

Y tampoco podía llorar esta vez.

En cambio, estaba adormecido.

Así no era como el demonio quería que fuese su primer día en casa.

•••

«Michael»

—Lo sé, lo sé, yo me encargo ¿de acuerdo? —gimió exasperado Michael.

«Se está acabando el tiempo. Asmodeo planea atacar, la profecía-»

—Dios, lo sé, estoy haciendo lo mejor que puedo. El demonio y el ángel no son muy cooperativos.

«Debe hacerse algo »

—Lo estoy haciendo. —replicó.

Él completaría la profecía a cualquier costo, por el bien del cielo, y por el bien de Brett.

•••

Había dos grandes problemas ahora, y Brett no podía determinar con cual tratar primero.

Primero estaba el hecho de que Eddy era, literalmente, el diablo, Satán, el anticristo, el rey del infierno, como quieras decirle. El punto era que él personificaba todo lo que un ser celestial debía estar en contra. Si antes era impuro, ahora más. Y por delegación, el pelinegro también lo era. Pensar eso lo inquietó.

Lógicamente, el ángel debe abordar este problema primero.

Pero, el otro tiraba de su corazón con fuerza y nublaba cualquier sentido de razón y pensamiento coherente.

Y era que Eddy estuvo tan, tan cerca de besarlo y, por los ángeles en los cielos, él quería ese toque.

No, él lo necesitaba.

Emocionalmente, este era el único problema que le importaba; saciar su extraña y algo animal ganas de besar al demonio.

Pero no podía de tantas formas, porque primero que nada, el otro probablemente no gustaba de él de esa manera, y segundo, besar era algo tan íntimo y tan... pecaminoso.

No, hay asuntos más urgentes ahora.

Brett cayó en la cama frustrado, mirando anhelante a la puerta.

¿Qué debía hacer un ángel?

•••

Eddy se encontraba en el parque, caminando por el mismo sendero que recorrió hace un mes, un par de días luego de conocer al ángel, y solo un par de horas después de ahorcar al más bajo contra el sofá de su sala de estar.

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