CAPÍTULO 17

1.9K 152 117
                                    


Los ojos de Candy se abrieron, pero de inmediato volvieron a cerrarse. Ella estaba disfrutando tanto de su sueño, que le resultó muy cruel despertar de esa forma, tan abrupta. Intentó dormir otro par de minutos, más ya no le fue posible continuar sumergida, en aquel confortante universo que había dejado atrás.

Resignada, estiró el brazo derecho y con su mano, confirmó la ausencia de su prometido.

Por supuesto, Terry había cumplido cabalmente, con la promesa que hizo la noche anterior: le dijo que abandonaría la recámara, antes del amanecer y así lo hizo. Él se marchó cuando los primeros rayos del sol, aún no aparecían. Candy no se dio cuenta de su partida, porque justo en ese instante, ella dormía como una roca.

Abrió los ojos nuevamente y dirigió su mirada hacia el reloj, que estaba recargado en la pared. Al ser consciente de la hora, tuvo que admitir que ya era bastante tarde...

—¡Las once de la mañana! —exclamó, al tiempo que se levantaba de la cama con rapidez—. Ahora sí que se me pegaron las sábanas... —murmuró, buscando su ropa en el armario. Muy pronto, tomó un vestido y enseguida se dirigió al cuarto de baño, para terminar con su arreglo.

Los recuerdos de la noche anterior, poco a poco llegaron a su cabeza. Se presentaron con tal claridad, que inevitablemente, el rostro se le cubrió con un intenso rubor...

«Así era cómo anhelaba escucharte...» Le dijo Terry, mientras ella emitía un suave y prologando gemido.... «¿Sabes preciosa? Esto es lo mínimo que puedo hacer» Él le mordió el lóbulo de la oreja y añadió: «Imagina lo que vas a sentir, cuando de verdad me sientas uniéndome a ti...»

Esas palabras, la impulsaron para alcanzar el clímax. El placer que experimentó fue tan intenso, que por varios segundos, permaneció ajena a todo lo que sucedía a su alrededor.

Ella y Terry lograron que su unión sentimental se hiciera mucho más íntima... No dieron el siguiente paso, porque ambos estuvieron satisfechos con lo que habían hecho, sin embargo, Terry le advirtió:

«La próxima vez que estemos así, voy a tomarte... Te haré mía Candice y lo haré sin importar la promesa que le hice a tu padre»

Esas palabras quedaron grabadas en la memoria de la joven. Escuchar a Terry hablando de esa forma, logró despertar un inmenso deseo en ella... «La próxima vez... ¿Cuándo? ¿Hoy en la noche?» Se cuestionó con incertidumbre...

Candy sacudió aquellos pensamientos de su cabeza y después de echarle un último vistazo a su imagen, se dispuso a salir de la habitación. Le daba muchísima pena haberse levantado tan tarde, sin embargo ya no podía hacer nada al respecto... Lo único que le quedaba, era hacerse presente en la planta baja.

—Buenos días Señorita Candy —saludó la mujer que se encargaba de atenderla.

—Buen día Lorna... —respondió la joven, mostrándole una gran sonrisa.

— ¿Cómo amaneció? ¿Quiere que le sirva su almuerzo?

—Estoy bien gracias y por supuesto me gustaría comer... —Candy hizo una pausa, luego quiso saber—. Supongo que mi prometido ya almorzó ¿Verdad ? —cuestionó, sonando curiosa.

—Sí señorita, el joven Terrence se levantó muy temprano... Por cierto él se fue con Simon para traer un poco más de leña.

—Está bien, gracias por avisarme... Ehhh... Tomaré el almuerzo en la mesita de la cocina ¿Ustedes ya almorzaron?

Lorna asintió, después con pasos apresurados, siguió a Candy.

—Hola Señora Daniels... —saludó la muchacha a la cocinera.

Venganza el pasado regresóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora