CAPÍTULO 19 (Parte 2)

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Gian Luca aprendió a desmayar personas, cuando tenía tan solo 12 años de edad; pero fue hasta su paso por el ejército, cuando perfeccionó el golpe certero al cuello y lo convirtió en una de sus especialidades.

Él sabía exactamente cómo golpear, para que la víctima quedara inconsciente, ya fuera durante algunos segundos o  máximo por un par de minutos. Todo dependía de la fuerza que empleara al momento de atacar. Consideraba que el golpe, que le acababa de propinar a la agente, había sido "suave" ya que lo único que buscaba, era desestabilizarla... Sin embargo, la muchacha había caído inconsciente.

—Eres una debilucha... —mencionó él, acercándose a Candy, quien permanecía tirada sobre el piso—. No usé mi mejor golpe y aun así caíste desmayada —añadió el joven, sin dejar de observarla.

El espacioso y ordenado cobertizo, tenía tres ventanillas en la parte superior, por lo que la luz natural iluminaba tenuemente el sitio y le permitía admirar a su víctima.

— ¿Sabes Princesita? Eres demasiado tonta, para ser agente.

Luca le dio un par de golpecitos en la mejilla, pero Candy continuó sin responder.

«Le tomará otro minuto...», pensó el joven Lanotte.

Continuando con su escrutinio, se acercó aún más a ella y después se arrodilló a un costado.

—Sigues gustándome mucho... Señorita FBI... —declaró con voz agitada.

Candy escuchó esas palabras con claridad, pues ella solo fingía estar desmayada. El golpe que le propinó Luca , sí fue certero, pero no fue tan violento como para noquearla... Sabía que la única forma de ganar ese combate, era jugar tan sucio como su oponente y por eso fingió estar dormida. No sabía cuánto tiempo soportaría, pero intentaría aguantar lo suficiente, como para tomar a Luca desprevenido.

—Me gustas...

Confirmó Luca, mientras Candy sentía los ásperos y helados dedos de él, acariciándole un muslo.

«Si tu agresor ya te ha puesto contra el suelo, una forma para que puedas escapar, consistirá en que lo golpees con el talón de tu pie, justo en el punto donde se une la pierna con el cuerpo»

Esas palabras de Meribeth, resonaron dentro de la cabeza de Candy... A pesar del terror que estaba sintiendo, no olvidó la lección que había aprendido. Sí... Falló al inicio, cuando no pudo controlar al muchacho, pero estaba segura de que la segunda vez no volvería fallar.

«Después de golpearlo, tendrás que pegarle en la cabeza con el otro pie»

Mentalmente, Candy repasó esos dos pasos, mientras Luca continuaba tocándola, abusando por completo de la condición en la que ella se encontraba, nada le interesaba, él estaba dispuesto a llevar más lejos su desagradable juego... El corazón de la chica, latió acelerado y temeroso, al tiempo que recordaba el ultimo paso:

«Aprovecharás que el agresor se arqueará hacia atrás y lo golpearás con fuerza en los genitales»

Furiosa, Candy llevó a cabo aquella técnica que le fue enseñada, en cuestión de segundos, Luca ya estaba en el suelo, revolcándose por el dolor que experimentaba. Inmediatamente, la joven rubia tomó la navaja que había quedado tirada en el piso y después se acercó hasta el joven Lanotte para hablarle:

—No eres más que un cobarde, que no es capaz de pelear limpio... —expresó ella con desprecio—. Pero mírate ahora... ¡Mira, lo que has sacado por subestimarme!

—Maldita niña estúpida... No necesito... Que me des lecciones de moral —contestó él con voz chillona—. ¿Qué demonios quieres de mi familia? —preguntó quejándose aún.

Venganza el pasado regresóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora