melay | "Los ojos son la puerta del alma"
La vista es un sentido que Leire Clark ha perdido por un trágico accidente, un accidente que le dio la desgracia de no poder volver a ver a su familia ni ver lo que sucedía a su alrededor.
No sé siente trist...
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Jasper miró a Leire, el suceso con Bella había ocasionado de cierta forma un distanciamiento de ciertos integrantes de la familia, siendo el empático quien decidiera por su pareja primero. Se prometió no alejarse de ella y no lo haría... no quería más sustos ocasionados por Aarón.
El rubio observó a la ojiazul, la cual se removía con las sábanas entre su cuerpo, sintiéndose enjaulada de cierta forma así que finalmente sacó parte de su rostro de entre las sábanas sintiendo una caricia en la mejilla.
—Te mueves mucho cuando duermes...
La voz de su novio le hizo sentir bien, después de pasar toda la noche hablando y después de muchas palabras y varias carcajadas de Leire llegó el momento que hizo que ambos se sintieran completamente felices.
"—¿Qué somos?—murmuró Leire sintiendo una caricia en su mejilla a lo cual sonrió.
—Si ahora mismo... pudiera decirte que te casaras conmigo, lo haría.
Murmuró el empático aún con el montón de pensamientos negativos que rondaban en su mente.
—Si te refieres a que necesitas un anillo... No lo necesito—susurró la ojiazul sonriendole, buscó una de las manos del chico y formando un círculo con dos dedos dirigió aquel círculo al dedo anular del sureño que sonreía viendo sus acciones—. Ahora tú.
Con una sonrisa divertida dibujada en su rostro, el chico imitó su acción y aún contra todo el pronóstico de aquello, Leire sintió un anillo en su dedo; al sentirlo se confundió a lo que puso una mano en aquella pequeña argolla.
—Feliz cumpleaños... compañera.
—¿Eso significa que estamos saliendo?—murmuró la ojiazul tocando aquel anillo de plata.
—Si gustas decirlo así... por supuesto—Tomó una de sus manos y la besó—, por ahora es una promesa este anillo... te cuidaré con mi vida, Leire."
De cierta forma la formalización de una relación hizo que ambos se sintieran un poco más tranquilos para poder estar en el hogar del otro.
Leire sonrió destapándose de todas las mantas a lo que Jasper sintió las emociones positivas de la ojiazul lo cual le tranquilizó, su felicidad de cierta forma era ocasionada por ver a la castaña como al recordar lo de la noche anterior. Tal vez había sido muy apresurado y no quería que Leire lo notará así.
—Hablaste nuevamente—Las mejillas de la ojiazul rápidamente tomaron aquel color rosado que tanto comenzaba a gustarle al empático.
—Yo... perdón...—Sonrió y se levantó quitándose aquellas sábanas—. Tengo entendido que en unos días es el cumpleaños de Bella... ¿Tengo que ir ese día realmente?
