24. Decir lo que tienes en el corazón

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(CAPÍTULO 24:
Decir lo que tienes en el corazón.)

     —¿Bella?—Charlie habló mirando a la castaña—, si tienes hambre, hay comida en el frigorífico

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—¿Bella?—Charlie habló mirando a la castaña—, si tienes hambre, hay comida en el frigorífico.

El hombre le sonrió, mostrando un aspecto cansado para después mirar la televisión, disfrutando de una cerveza y ver un canal de deportes en su tiempo libre.
La castaña sin evitarlo miró a su padre subir las escaleras y sus ojos se llenaron de lágrimas.

Dejar a su padre solo nuevamente... ¿lo podría hacer?

Todo lo sucedido en los meses que se encontraba en Forks vinieron a su mente, se había comportado de cierta forma mal... Debía haber alejado a Edward desde un inicio.
Suspiró y subió las escaleras hacia su habitación, cuando entró reconoció la presencia del lector de mentes, quién le miraba serio.

—Me iré de Forks—murmuró la castaña dejando que el inmortal se sorprendiera.

—¿Por qué?

—Yo... no sé que está pasando...

La voz de la castaña se rompió a mitad de frase, teniendo lágrimas en los ojos, Edward se acercó lentamente y sin dudarlo la abrazo, sintiendo algo como una amistad entre ambos, se sentían tranquilos por alguna razón que les agradaba.

—No quiero dejar a Charlie, pero creo que debería volver a Jacksonville...

Bella suspiró y correspondió al abrazo, sintiéndose un poco tranquila, el cobrizo pasó una de sus manos por su cabello y escuchó las palabras de la castaña.

—Quisiera disculparme con tu familia, si por mi fuera no tendrían que irse...

El lector se mentes al escuchar aquello suspiró y negó.

—Es momento que Aarón se controle, debe ser lo suficiente fuerte para que no suceda jamás.

Al escuchar aquello, Bella murmuró sonriendo.

—¿Por Leire?

—Algo así... si ella le sucede lo mismo y lograse atacarla, Jasper no podría soportar perderla y tener que convertirla.

Inmortalidad—la voz de la chica hizo que Edward le mirara serio—. No es lo que quiero para mi... quiero vivir una vida...

—Esperaba que dijeras alguna vez eso, Bella.

El cobrizo sonrió y se separó suavemente.

—¿La odias?

—No... tal vez me molestó un poco que algunos le hablaran más a ella, pero—soltó un suspiro ruborizandose de la vergüenza—...no la odio, sé qué Jasper es alguien que podrá cuidarla...—las palabras de la castaña hicieron que Edward sonriera—. Que envidia.

my eyes look at you | jasper haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora