41. Posible pelea, riesgos grandes.

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(CAPÍTULO 41:
Posible pelea, riesgos grandes.)

     AL LLEGAR A SU HOGAR, Leire saludó a Katya y besó la mejilla de su padre, despidiéndose frente a ellos de Jasper, aunque ambos sabían que en un par de minutos se verían nuevamente en la habitación de la ojiazul

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AL LLEGAR A SU HOGAR, Leire saludó a Katya y besó la mejilla de su padre, despidiéndose frente a ellos de Jasper, aunque ambos sabían que en un par de minutos se verían nuevamente en la habitación de la ojiazul.
La castaña se despidió para regresar a su habitación y subió, sintiéndose un poco cansada. Pronto entro a su habitación y acarició a su gato, sabiendo que habían pasado muchos días en los cuales le prestaba muy poca atención.

—Leire, ven—Una mano le rozó con suavidad el antebrazo, atrayendola a sí mismo Jasper.

Con el gato en sus brazos se dejó guiar hasta quedar sentada entre las piernas de su compañero.

—Había algo que querías preguntarme, no lo hiciste en el automóvil—susurró el mayor, pasando una de sus manos por el pelaje del animal, observó por un segundo el rostro de su pareja deleitandose por un suave rosado que se expandió en sus mejillas.

—Lo sabes.

Jasper sonrió y acarició con suavidad el rostro de Leire.

—En ti puedo leer cada uno de tus pensamientos, solo con tus emociones—Un pequeño puchero de parte de la castaña hizo que sonriera sutilmente—. Preguntame.

La ojiazul soltó un poco al gato, dejando que se acomodará entre sus piernas mientras se recostaba un poco en el pecho del inmortal.

—Tú no quieres que yo sea vampiro.

Un suspiro del castaño hizo que cerrará los ojos.

—No, no quiero—repuso con suavidad, y entonces esperó un poco—, pero ésa no es la cuestión—apuntó después de un momento.

—Bueno, solamente quería saber... cómo te sentías respecto a ese asunto.

Jasper pasó una de sus manos por la cintura de la mortal, atrayendola un poco más y sintiendo las emociones de su compañera.

—¿Estás preocupada?

—¿Me dirás la verdad?—Tomó una de sus manos y besó su dorso con suavidad—. La verdad completa, sin tener en cuenta mis sentimientos.

—Si respondo a tu pregunta... ¿Me explicarás entonces por qué lo preguntas?

Con suavidad asintió, sin alejar la mano del texano de sus labios, haciendo que sintiera su respiración suave.

—Para mí, permitir convertirte... dejar que te conviertas en lo que yo soy, simplemente para no perderte nunca, es el acto más egoísta que puedo imaginar—Se quedo callado un momento antes de continuar—. En lo que a mí se refiere, es lo que más deseo en el mundo, pero deseo mucho más para ti.

my eyes look at you | jasper haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora