40. Regreso y ¡Calmense!

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(CAPÍTULO 40:
Regreso y ¡Calmense!)

(CAPÍTULO 40:Regreso y ¡Calmense!)

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     —ENSEGUIDA SALIERON DE DUDAS. La criatura tenía una compañera, otra bebedora de sangre, que vino a las tierras de los quileute clamando venganza.

     » Las historias sostienen que la Mujer Fría era la criatura más hermosa que habían visto los ojos humanos. Parecía una diosa del amanecer cuando entró en el pueblo aquella mañana; el sol brilló de pronto e hizo resplandecer su piel blanca y el cabello dorado que flotaba hasta sus rodillas. Tenía una belleza mágica, con los ojos negros y el rostro pálido. Algunos cayeron de rodillas y la adoraron.

     » Pidió algo en una voz alta y penetrante, en un idioma que nadie había escuchado antes. La gente se quedó atónita sin saber qué contestarle. No había nadie del linaje de Taha Aki entre los testigos, salvo un niño pequeño. Este se colgó de su madre y gritó que el olor de la aparición le quemaba la nariz. Uno de los ancianos, que iba de camino hacia el Consejo, escuchó al muchacho y se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo. Ordenó la huida a voz en grito. Ella le mató a él en primer lugar.

     El nudo en el estomago se formó en varios, convirtiendo el momento en algo serio.

     —Sólo sobrevivieron dos de los veinte testigos de la llegada de la Mujer Fría, y ello gracias a que la sangre la distrajo e hizo una pausa en la matanza para saciar su sed. Esos dos supervivientes corrieron hacia donde estaba Taha Aki, sentado en el Consejo con los otros ancianos, sus hijos y su tercera esposa.

     » Yaha Uta se transformó en lobo en cuanto oyó las noticias y se fue solo para destruir a la bebedora de sangre. Taha Aki, su tercera esposa, sus hijos y los ancianos le siguieron.

     » Al principio no encontraron a la criatura, sólo los restos de su ataque: cuerpos rotos, desangrados, tirados en el camino por el que había llegado. Entonces, oyeron los gritos y corrieron hacia el puerto.

     » Un puñado de quileutes había corrido hacia las canoas en busca de refugio. Ella nadó hacia ellos como un tiburón y rompió la proa de la embarcación con su fuerza prodigiosa. Cuando la canoa se fue a pique, atrapó a quienes intentaban apartarse a nado y los mató también.

    » Se olvidó de los nadadores que se daban a la fuga cuando atisbo al gran lobo en la playa. Nadó tan deprisa que se convirtió en un borrón y llegó, mojada y gloriosa, a enfrentarse con Yaha Uta. Le señaló con un dedo blanco y le preguntó algo incomprensible. Yaha Uta esperó.

     » Fue una lucha igualada. Ella no era un guerrero como su compañero, pero Yaha Uta estaba solo y nadie pudo distraerla de la furia que concentró en él. Cuando Yaha Uta fue vencido, Taha Aki gritó desafiante. Calló hacia delante y se transformó en un lobo anciano, de hocico blanco. Estaba viejo, pero era Taha Aki, el Hombre Espíritu, y la ira le hizo fuerte. La lucha comenzó de nuevo.

my eyes look at you | jasper haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora