Capítulo 41

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A pesar de llamarse "vacaciones de Semana Santa" no lo parecían en absoluto. En cambio, parecían más cualquier día de clases, pero aún más cargado de cosas. Jamás habíamos tenido tantos deberes como ahora, y Neville parecía al borde de un colapso nervioso, aunque no era el único sinceramente. Apenas pudimos celebrar el cumpleaños de Fred y George, antes de que Hermione nos regañara. De todas maneras seguimos celebrando, pero algo más silenciosos.

-¿A esto le llaman vacaciones? -gritó Seamus una tarde en la sala común, con una cara cansada-. Los exámenes están a mil años de distancia, ¿qué es lo que pretenden?

Varios lo apoyamos con murmullos de aprobación, pero por más que nosotros estuviéramos tapados en deberes, nadie superaba a Hermione, pues aún sin estar en Adivinación, seguía asistiendo a más clases que ningún otro. Generalmente era la última que abandonaba la sala común por las noches, y a la mañana siguiente, era la primera en estar en la biblioteca. Tenía las mismas ojeras que el profesor Lupin y sabiendo lo que sabemos, eso era bastante preocupante, además la pobre parecía estar a punto de explotar en cualquier momento.

Ron mientras tanto, y dejando que Hermione se hiciera cargo de sus deberes, se encargaba de la apelación de Buckbeack, claramente cuando él mismo no se estaba haciendo cargo de sus propios deberes. Yo trataba de ayudarle en todo lo que podía, apenas terminaba mis tareas con ayuda de Oliver cuando tenía tiempo, pues él tenía que rendir otros exámenes en su último año llamados Exámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas. Aparte, teníamos los diarios entrenamientos de quidditch diarios, junto con los montones de tácticas que nos enseñaba Oliver. Aunque lo entendía; nuestro partido contra Slytherin iba a ser el primer sábado después de las vacaciones de Semana Santa y las serpientes iban a la cabeza, por doscientos puntos exactos en realidad.

Eso significaba, como Oliver nos recordaba cada diez minutos aproximadamente, que necesitábamos ganar el partido con una ventaja mayor que esa si queríamos ganar el partido y obtener la copa también. Eso también significaba que la mayor parte de la responsabilidad de ganar recaía sobre Harry, pues tenía que atrapar la snitch solamente si les sacábamos una ventaja que nos favoreciera. Cosa que Oliver le recordaba por los pasillos.

-Así que, solo tienes que atraparla si les sacamos una ventaja de más de cincuenta puntos -le repetía cada vez que iba conmigo y lo encontrábamos, o cuando él nos encontraba a Harry y a mí yendo a clase-. Sólo si les llevamos más de cincuenta puntos, Harry, porque de lo contrario ganaremos el partido pero perderemos la copa. Lo has comprendido, ¿verdad? Tienes que atrapar la snitch sólo si estamos...

-¡YA LO SÉ, OLIVER! -le gritó Harry en una de esas encontradas, luego yéndose del lugar algo exasperado.

Y es que todos estábamos obsesionados con el como resultaría el partido. Gryffindor no ganaba la copa de quidditch desde que el hermano de Ron, Charlie, era buscador en el equipo. Aunque dudo que alguien tenga más ganas que Harry de ganar la copa; él y Draco se odian desde que se miraron a los ojos por primera vez. Luego de Harry en esa lista, me sentía segura de decir que seguía yo, pues quería ver derrotado a Draco por el simple hecho de poder restregárselo en la cara. Sé que eso no es muy maduro de mi parte, pero seamos sinceros, ¿cuándo lo he sido?

En todo mi corto tiempo en Hogwarts jamás había visto un ambiente tan cargado de tensión en los días anteriores a un partido. Apenas las vacaciones terminaron, la tensión entre equipos y casas estaba al rojo vivo. En los corredores, estallaban pequeñas peleas que terminaron en un desagradable incidente en el cual un alumno de cuarto de Gryffindor y uno de sexto de Slytherin acabaron en la enfermería con puerros saliéndoles de las orejas.

Pero claramente no fueron los únicos en pelearse, quizás los últimos sí, pero cabe destacar que hasta yo me vi involucrada en una situación de esas. Resulta que de algún modo u otro, la querida Pansy Parkinson se enteró de que Draco invitándola a salir no había sido más que un reto prácticamente, hecho por mí. Supongo que Draco no pudo aguantarla y le dijo que no era real y que se alejara un poco. 

Charlotte y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora