Luego de veinte minutos después de nuestra conversación...
-¡Ya salen! -exclamó Hermione.
Los tres nos pusimos de pie de inmediato, y Buckbeack levantó la cabeza. Vimos al profesor Lupin, Ron y Pettigrew saliendo con dificultad del agujero entre las raíces. Luego Snape flotando inconsciente, detrás iban Sirius y Harry, luego yo, y al final Hermione. Todos comenzaban a caminar hacia el castillo. Levanté la vista y vi el cielo nublado. Al menos por ahora...
-Harry -le dijo Hermione. Me volteé a mirarlo-. Tenemos que quedarnos aquí. No deben vernos. No debemos intervenir.
-¿Y vamos a consentir que Pettigrew se vuelva a escapar? -le respondió él en voz baja.
-¿Y cómo esperas encontrar una rata en la oscuridad? -le espetó Hermione-. No podemos hacer nada. Volvimos a rescatar a Sirius, nada más, y no...
-No debemos ser vistos -interrumpí.
La luna salió desde detrás de una inmensa nube e iluminó todo el terreno.
-¡Miren a Lupin! -nos susurró Hermione-. ¡Se está transformando!
-¡Tenemos que hacer algo! -exclamó Harry de repente.
-No podemos -dijo Hermione-. Te estoy diciendo que...
-¡No hablo de intervenir! -dijo Harry algo fastidiado-. ¡Es que Lupin se va a adentrar en el bosque y vendrá directamente hacia nosotros!
El corazón me dio un vuelco y se me cayó el alma a los pies. Aún después de haber pasado tanto tiempo pensando en la condición de Lupin, había olvidado que eso había pasado en ese momento.
-¡Rápido, rápido! -exclamó Hermione con un dejo de susto en la voz, y apresurándose a desatar a Buckbeack del árbol en donde estaba atado-. ¿A dónde vamos? ¿Dónde nos ocultamos? ¡Los dementores llegarán de un momento a otro!
-¡Volvamos a la cabaña de Hagrid! -sugirió Harry-. Ahora está vacía.
-Bueno, pues, ¡vamos! -les dije yo, apresurándolos.
Corrimos a toda la velocidad que pudimos, con Buckbeack galopando detrás nuestro, y entonces oímos al profesor aullar a nuestras espaldas.
Al llegar frente a la cabaña, Harry derrapó, casi pasándose de largo. Nos abrió la puerta y Hermione, Buckbeack y yo pasamos como un rayo, luego entró Harry y cerró la puerta casi demasiado fuerte. Echó el cerrojo y Fang al vernos ladró muy fuerte.
-¡Silencio, Fang, solo somos nosotros! -le dije. Me acerqué a él y le acaricié detrás de las orejas para que se tranquilizara. Al reconocernos, se quedó callado finalmente.
-¡Nos hemos salvado por poco! -nos dijo Hermione.
Harry se acercó a la ventana y miró a través de ella. Sinceramente con lo oscuro que está, dudo que llegue a ver algo. Entre los cuatro que estábamos dentro de la cabaña, Buckbecak era el más contento. Se acomodó enfrente del fuego, plegó sus alas, y se dispuso a dormir con total satisfacción.
-Será mejor que salga -dijo Harry-. Desde aquí no veo lo que ocurre. No sabremos cuando llegue el momento -Hermione levantó la mirada y lo vio con recelo-. No voy a intervenir -le dijo Harry antes de que ella tuviera la oportunidad de decirle algo-. Pero si no vemos lo que ocurre, ¿cómo sabremos cuál será el momento de salvar a Sirius?
-Bueno, de acuerdo -le dijo Hermione, resignándose-. Aguardaré aquí con Buckbeack y Lottie... -negué con la cabeza-. Bueno, sola. Pero tengan cuidado, chicos. Ahí afuera hay un hombre lobo y un centenar de dementores sueltos.
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Charlotte y el Prisionero de Azkaban
FanfictionLuego de un ajetreado segundo año en Hogwarts, Charlotte escapa de su casa, luego de aburrirse de estar sola, abriéndose paso hacia un nuevo año de aventuras. Eso si, sin saber que encontrará al padrino de su mejor amigo, el cual traerá secretos y d...