La cara de terror con la que me veían los chicos no tenía precio, pero antes de que Hermione soltara las lágrimas que estaba reteniendo, me retracté.
-Es una broma chicos, no me maten -les dije con rapidez-. No los podría olvidar.
Hermione me rodó los ojos y luego me dio un abrazo delicado.
-¿Qué me pasó? -les pregunté cuando me separé de ella-. Lo único que recuerdo fue que vi a Harry caer de su escoba, y que intenté llegar a él...
-Bueno -empezó Hermione-, según lo que alcanzamos a ver, un dementor te atacó, y luego te caíste...
-Debieron ser unos veinte metros también -comentó Fred.
-¿Y el partido? ¿Cómo acabó?
Los chicos se miraron nerviosos entre ellos.
-Poco después de que ambos cayeran, Diggory atrapó la snitch -abrí la boca con sorpresa y Fred continuó explicándome-. No se dio cuenta de lo que pasaba. Cuando miró hacia atrás y vio a Harry caer quiso que se repitiera el partido, pero ganaron limpiamente. Incluso Wood lo admitió.
-¿Dónde está él? -pregunté, notando que no estaba en la enfermería.
-Sigue en las duchas -me respondió George-. Parece que quiere ahogarse.
-Oh...
No seguí cuestionándome su ausencia, después de todo, habíamos perdido y sé lo que el quidditch significa para él. Y para mi también de hecho, no puedo creer que perdiéramos. Por supuesto, la culpa solo la tienen los dementores. Y Black, pues por él están aquí.
Madame Pomfrey le dijo al equipo que tenían que dejarnos descansar, Fred nos aseguró que en otro momento vendrían a vernos, y salieron dejando el suelo manchado de barro. Ron y Hermione, que se habían quedado, se acercaron más a nosotros.
-Dumbledore estaba muy enojado -dijo Hermione con voz temblorosa-. Nunca lo había visto así. Corrió al campo mientras Harry caía, agitó la varita y redujo la velocidad del descenso, pero no hizo lo mismo con Lottie, creo que no la vio a ella, a decir verdad, casi nadie vio lo que le pasó a ella, apenas se pudo notar como el dementor la tenía sujetada, y luego cayó al suelo, poco después de Harry, y quedó inmóvil -le tembló el labio inferior-. Luego de verla en el suelo, el profesor Dumbledore apuntó a los dementores con la varita, y les arrojó algo plateado. Abandonaron inmediatamente el estadio... Lo puso furioso que hubieran entrado en el campo... lo oímos...
-Entonces los puso a ambos en camillas, con magia -explicó Ron-. Y los trajo al colegio flotando. Todos pensaron que estaban...
-Y la escoba de Harry, ¿qué le pasó? -pregunté-. Escuché algo del sauce boxeador cuando estaba despertando...
-Sí, él la atrapó y la hizo... trizas -me dijo Harry.
Miré hacia el lado y vi que Harry miraba su escoba con aprensión.
-Lamento lo de tu escoba Harry, de verdad.
Él no parecía escucharme, pero asintió de todas maneras. No quise ni preguntar por el paradero de la mía. Luego de unos minutos, Ron y Hermione se tuvieron que ir, y Madame Pomfrey se acercó a nosotros rápidamente. Insistió en que nos quedáramos en la enfermería el fin de semana, a lo cual ninguno de los dos objetó. Sin embargo Harry le pidió que no tirara los restos de su Nimbus.
Vino de visita un montón de gente, sobre todo a ver a Harry y a darle ánimos, y a saludarme a mí de paso, pues al parecer, como habían dicho Ron y Hermione, no muchos sabían lo que me había pasado. Hagrid nos envió a ambos un ramo de flores amarillas llenas de zarcillos, y Ginny apareció para darle una tarjeta a Harry, más roja que un tomate, que cantaba cuando se abría.
El equipo volvió a visitarnos el domingo por la mañana, ésta vez, Oliver incluido. Le aseguró a Harry con voz de ultratumba que no lo culpaba en absoluto, y luego se sentó conmigo.
-Perdona que no haya venido ayer, después del partido -me dijo-. Me afectó un poco el que perdiéramos.
-No te preocupes Oliver, no pasa nada -respondí con sinceridad-. Viniste hoy, y eso es lo que importa.
Me dio un beso en la frente y se fue con el resto del equipo, luego de asegurarme que mi escoba estaba bien (recién en ese momento me atreví a sacar el tema entre susurros), pues Madame Pomfrey los sacó. Ron y Hermione no se iban hasta bien entrada la noche de nuestro lado. Pero Harry se veía muy preocupado, y esa misma noche me comentó que no era solo por el partido.
-Lottie, ¿puedo contarte algo? -me preguntó luego de que Madame Pomfrey se encerrara en su despacho.
-Claro que sí, Harry, sabes que puedes contarme lo que sea.
-Antes de caer de la escoba, vi al Grim -me miró como esperando una respuesta, y asentí indicándole que siguiera hablando-. Y el hecho es que, las dos veces que lo he visto, casi muero. Primero el autobús noctámbulo casi me atropella, y ésta vez caí unos veinte metros de altura. ¿Acaso me va a perseguir hasta que me vuelva paranoico y muera?
-Harry, no te preocupes por el Grim -le dije-. Coincido con Hermione diciendo que no son más que casualidades, pero -añadí con rapidez al ver como su cara se ensombrecía-, no dudo que sea muy curioso el hecho de que te estén pasando todas estas cosas, y no creo que estés loco. Te creo.
- Eso no es todo -me dijo bajando un poco la voz-. También me preocupan los dementores. Todo el mundo dice que los dementores son espantosos, pero nadie más se desmaya al verlos.
-Yo sí lo hice -le recordé.
-Seguimos siendo solo nosotros otra vez, y ¿acaso escuchaste en tu cabeza como mataban a tus padres? -me dijo con una voz dolida-. Porque eso es lo que me provocan, eso es lo que escucho cada vez que se me acercan. Los últimos gritos de mi madre al morir, tratando de protegerme de Voldemort, y como él se reía antes de matarla...
-Harry... -le dije con los ojos vidriosos-. No tengo idea de como te debes sentir, y tienes razón, no escuché lo mismo que tú, y...
-Entonces, ¿si escuchaste algo cuando el dementor te atacó? -asentí-. ¿Qué fue?
-Una mujer que lloraba por su bebé -expliqué tratando de decirle todo de lo que me acordaba-. Hablaba de un armario, en el cual un hombre, creo que su pareja, iba a poner a la bebé junto a su hermana, algo de que tenía que darles su mejor oportunidad...
-¿Quién crees que pudo haber sido? -me preguntó Harry-. Quiero decir, yo escuché un recuerdo que tenía de bebé, supongo que correrá la misma regla para ti, ¿no?
-No lo sé -admití-. Si fue así, no puedo ni imaginarme que estaría pasando allí... ni quienes serían ellos...
-¿Crees que... puedan ser tus padres? -me preguntó despacio.
-No tengo idea -dije-. Y la verdad no lo creo, no tengo hermana. Recuerda que cuando me encontraron estaba completamente sola.
Harry asintió y luego nos dormimos, yo aún pensando, en la pregunta que mi amigo me había hecho. ¿Acaso serían mis padres?
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Charlotte y el Prisionero de Azkaban
FanfictionLuego de un ajetreado segundo año en Hogwarts, Charlotte escapa de su casa, luego de aburrirse de estar sola, abriéndose paso hacia un nuevo año de aventuras. Eso si, sin saber que encontrará al padrino de su mejor amigo, el cual traerá secretos y d...