Strange effect 3

2K 202 27
                                    

Cuando el ascensor se abrió suspiré armandome de fuerzas para enfrentar un nuevo día en el lugar que yo misma hice crecer de esta manera, no podía creer que mi papá me estaba quitando el piso de todo cuando yo lo formé pero nada que viniera de él me sorprendía. Entré a mi oficina a ordenar carpetas que ya no tenían nada que ver conmigo pero que claramente me tenía que hacer cargo porque esa inútil lo único que quería era robar dinero.

—Caro, puedo pedirte un favor —dije con el teléfono en altavoz.—  Necesito que me traigan una cartera de la nueva colección con una caja de regalo que voy a llevar en un ratito cuando salga al almuerzo y también quiero que me consigas la dirección de Chrome Hearts, oficinas. Gracias, beso —colgué y llevé mi atención al computador, mandé todos los correos de hoy cuando de pronto se abrió la puerta.

—Buen día, vengo a buscar las carpetas que te pedí ayer y nunca llegaron —me quedé en silencio y comencé a reírme.— ¿Te fuiste temprano? Vi que Stefania estaba en la oficina —la ignoré nuevamente.— ¿Ya se fué? —se cruzó de brazos.— Pensaba que podríamos cenar los cuatro con tu papá, nunca la...

—Disculpa? —la interrumpí.— ¿Que estas hablando? —reí sin mirarla.— Nosotras dos no somos amigas, no lo seremos... tampoco vamos a tener buena onda. Ya te dije que todo lo que necesites pideselo a Caro a mi no me jodas y te aviso que las once de la mañana no son horas de llegar a la empresa ya te perdiste dos reuniones a esa hora.

—Entiendo que estés enojada pero hay un dicho que dice "si no puedes contra ellos únete" y es lo que deberías hacer ahora antes que la comiences a pasar mal, porque en este momento no te conviene tenerme de enemiga, no hagas las cosas más difíciles Eugenia —abrió la puerta y la miré riendo, no pensaba mostrarme débil.

—Mercedes, deberías volver a la oficina con mi papá —agregué con una sonrisa.— Acá no tienes lugar, este tren va en marcha hace un montón y no subimos a nadie que no se lo merezca, lo siento mucho.  Además escuché que tiene una secretaría casi de mi edad, lo que quiere decir que no tiene botox, deberías preocuparte —agregué con una sonrisa, dió un portazo y salió enojada de mi oficina.

Todas las veces que deseó molestarme no lo logró porque yo fuí criada por la mujer más fuerte del universo y esa demente jamás podría conmigo aunque me estuviera muriendo  de dolor por todo lo que me estaban haciendo. Una de mis ayudantes llegó con la caja antes de mi horario de almuerzo, Caro me pasó la dirección y yo informé a Pepe donde tenía que llevarme, mientras iba camino pensaba ¿Está bien lo que estoy haciendo?

—¿Necesita ayuda? —preguntó Pepe preocupado como siempre.

—No, no te preocupes. No es grande —dije con una sonrisa mientras me ordenaba el pelo en el espejo ¿Por qué? Claramente por culpa de Mariana comencé a pensar cualquier cosa. Abrí la puerta y estaba por salir de mi auto cuando mi teléfono sonó.— Aló! ¡Hola Amore! —dije con una sonrisa.— ¿Todo bien?

—Todo bien, llegué sana y  salva aviso para que no te preocupes. Hey, me quedé pensando todo el viaje en las  cosas que te dije antes de venir y me siento muy mal,  quiero disculparme contigo porque la verdad es que ha sido un mensaje muy confuso, lo menos que quiero en este momento es  darte un  problema extra con  lo que estás pasando  ahora —un angel.— Te extraño mucho pero entiendo todo esto, perdón porque hice algo que haría una niña chica.

—No pasa nada, yo lo entiendo perfectamente y estas en todo tu derecho de sentirte así,  sé que mereces mucho más de lo que yo estoy dando,  agradezco mucho que me apoyes todo el tiempo. Prometo hacerme un tiempo cuando las cosas acá se relajen un poco  pero no puedo abandonar en medio de  la guerra.—rió.— Éxito en tu casting, nos vemo pronto.

Cortos BeugeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora