Decidí que volver a mis fiestas de siempre era lo mejor que podía hacer para superar este romance express que me dejó tan marcada, me daba mucha bronca tenerla aun en mi cabeza cuando en realidad todo fue muy rápido pero bastante intenso porque cuando tenías esa conexión con una persona se hacía todo difícil. Mi manager me confirmó que seríamos parte de los Brits para presentar un premio y aunque yo tenía pocas ganas de ir a Londres nuevamente sabía que era parte del trabajo.
—¿Nunca más te escribiste con Euge? —preguntó Gi.
—Cuando la desbloqueé nunca me escribió —respondí con sinceridad— A veces veo las cosas que escribe o las noticias que hacen de ella, parece que está bien, está comprometida con su fundación, su hermana se va a casar dentro de nada y... ya sabes —ella soltó una sonrisa.
—Vamos a estar en la ciudad para la boda real —agregó de la nada y luego me miró— Kenny me dijo que quiere ir a mover las banderitas con todos los británicos —obviamente comencé a reirme— Ya sé que es gracioso pero parece que para ellos es importante.
—Es la boda de la futura reina, claro que es importante para ellos —suspiré— Nunca pensé que me iba a pasar esto Gi, fue una relación tan flash, super intenso claramente pero nunca pensé que... iba a seguir pensando en ella después de todo, aun tengo ganas de verla de nuevo o que me escriba, no sé me siento tan idiota. Seguro que debe tener una fila de personas fuera de la casa y ya se olvidó de mi nombre
—No creo, eres inolvidable mi amor —me dijo con una sonrisa— no sé que decirte. Si Eugenia fuera una persona común y corriente te diría que vayas a buscarla y luches por ella, pero entiendo que esa familia vive en una realidad paralela, no sé si es lo mejor para tí insistir con eso porque vas a pasarla mal, si Euge ya no mostró interés por luchar o salir de ahí, no creo que tengas mucho más por hacer —asentí con algo de tristeza— o quizás lo hace protegerte también, no sabemos... ellos pusieron una noticia para culparte.
—Lo pensé también —suspiré nuevamente— En fin, espero que sea feliz y pueda sanar, sufre mucho.
—Espero lo mismo para tí —esta vez me atacó.
La semana para viajar a Londres llegó, me fui todo el camino pensando en lo mal que la pasé la última vez que estuve acá, por lo menos era una ciudad grande no tenía porque verla, lo primero que me pasó cuando bajé del avión fue ver en una pantalla gigante todos los preparativos de la boda real y luego los comerciantes vendiendo cosas con su cara. Hicimos una prueba de vestuario en el mismo hotel que pasé toda la noche llorando por ella, recordaba todo tan perfecto, en cómo me miró y las cosas que me dijo.
—¿Te emociona la boda real? —le pregunté a uno de los chicos de seguridad que estaba esperando por mí, estaba retocando mi maquillaje antes de salir a la arena de los premios.
—Si, la princesa Mariana es muy querida por nosotros —respondió con sinceridad— Se merece mucho este tipo de felicidad
—¿Irás a mover tu banderita? —preguntó Gigi con una sonrisa
—Si, el auto pasará cerca de mi casa así que mi familia que vive a unas horas de Londres vendrá y vamos a esperar ahí para poder saludarla —agregó feliz, wow pensé sorprendida, la gente se programaba para este tipo de eventos.
—¿Que piensas de la princesa Eugenia? —preguntó Gigi y yo la miré mal
—También es querida por nosotros, pienso que no ha sido fácil para ella crecer sin su mamá y claramente tiene una personalidad diferente a la princesa Mariana, pero la entendemos y queremos —respondió un poco nervioso
—¿Te parece un poco lesbiana? —preguntó
—¡Gigi! —dije riendo
—No sé es que me da esa vibra —dijo mirándose al espejo