Be Mine ll Tony López y tú

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Cuando llegamos a su casa me invitó a pasar, una chica muy amable me ayudó con mi bolsa y la dejó en uno de los muebles que se veían entrando.

—Bien, preparen algo para cenar por favor, es mi invitada el día de hoy—Ondreaz se dirigió a una de las chicas de servicio.

—Señor Ondreaz, el señor Tony está cenando con la señorita Lily en el comedor y dijo que no quería a nadie más — ella bajó su cabeza.

—Da igual, es mi hermano. Prepara lo mismo para nosotros, nos sentaremos con ellos.— él me tomó de la mano y se apareció frente a la mesa donde Tony y Lily estaban comiendo.

Ambos se percataron de nuestra presencia y Tony cambio su cara al ver nuestras manos juntas. Rápidamente las solté.

—Ondreaz... Será mejor que me vaya... Es algo tarde y... — me interrumpió

—No pasa nada te invité a cenar y ahora te quedas, toma asiento.

Tony aventó su servilleta a la mesa y suspiro pesadamente

—Ni en mi casa puedo comer a gusto con mi futura esposa—Lily me miraba con desafío

—No te confundas hermano, la casa es de ambos. De hecho es la casa de mi padre y...

—¡Papá ya no está Ondreaz! —Tony gritó

—Será mejor que yo me vaya... Creo que vine en mal momento, nos vemos después.— corrí de la mesa y me dirigí a la salida. Recogí mis cosas y salí de la residencia.

Ahora me tardaría en caminar de aquí a mi casa ya que no tengo lo suficiente para un taxi.

Comencé a caminar por todas las grandes casas y de pronto un auto negro se paró a un lado mío.

—Señorita ______ el señor López me mandó a que la llevara a su casa. Es algo tarde. Suba— rápidamente abrí la puerta y me subí al auto, el camino fue silencioso. Al llegar a casa agradecí.

—Gracias Scott, dile a Ondreaz que no se hubiera molestado. — sonreí

—Quién me mandó fue el señor Tony, no su hermano — el se fue y yo me quedé afuera del edificio.

Crei que lo había molestado que fuera ¿porque rayos me mandaría a su chófer?

Me dirigí a mi departamento y cerré la puerta.

Me sentía bastante sola en esta ciudad, no tenía a muchas personas aquí en los Estados Unidos. Dejé a mi abuela en México porque no quiso venir conmigo pero ya era hora de decirle que viniera.
La llamé

—Hola abuela

—Hola____ ¿como va todo por allá? ¿Conseguiste trabajo?

—Sí, todo está muy bien, te llamo para decirte que me gustaría que te vinieras a vivir conmigo. Iré por ti si quieres. Conseguí un departamento amplio.

—Hija, no sé, no me gustaría dejar México.

—Es que tu también estas sola, no me gusta que estemos así. El sueldo es bueno, en serio. Ven a Los Ángeles.

—Veré que hacer, te diré mi respuesta mañana ¿si?

—Gracias abuelita, te quiero mucho — empecé a brincar de felicidad.

—Yo también, te hablo luego — colgué la llamada. Y me metí a bañar.

Aún no podía creer que Tony me había mandado a su chófer, si lo hice enojar bastante. No me cabía en la cabeza esa loca idea.