Be Mine ll Tony López y tú

8

Después de que la junta de Tony terminó caminé por el pasillo para llegar a la oficina. Lily estaba frente a mis ojos.

—Ten, lleva esto a la oficina de mi novio. No me gusta cargar las cosas — me tendió su comida, bolso y abrigo.

—Si señorita —sonreí, por dentro no soportaba el hecho de que me mandara, no es mi jefa. Tomé las cosas y entré

—Hoy comeré aquí contigo—Lily se quitó sus gafas de sol

—No puedo, estoy muy ocupado. — Él le contestó cortante y sin despegar la vista de su computadora.

—Ni me notarás, solo que no me quise sentir sola así que vine a comer aquí —Ella se sentó

—Bien, pero no hagas un reguero aquí. Por favor — suspiró y llevo sus manos a la cara.

—Bueno, si ya es todo me retiro —abrí la puerta y me salí.

—Oye ________ necesito que me mandes el archivo que te pedí en la mañana —levantó su voz

—Se lo mandé hace unos minutos, en el tiempo libre que tenía. Acomodé las listas por fecha pero no sé si le parezca— Lily me miró con cierto desagrado.

—Las revisaré, quédate aquí un momento en lo que hago eso. Toma asiento — busqué otra silla cerca del escritorio pero no había. Fui al pequeño sofá que tenía cercano a la salida.

—Te dije que te sentaras—me gritó

—Eso hago —me puse nerviosa

—No hasta allá. Lily, deja que se siente aquí un momento —ambas nos sorprendimos.

—¿Prefieres que tu asistonta tome mi lugar? —se levantó indignada

—Señor no quiero causar problemas— me preocupé

—Si, seguro que no — ella arqueó una ceja.

—Solo haz lo que te pido Lily, no hagas un drama por esto. Por favor —parecía molesto.

—Bien, si me muevo de aquí tendrás un problema conmigo. —Levantó su voz

—Solo quítate, necesito que _____ se siente aquí —ella se dirigió a la puerta.

—Si me dejas salir de aquí... Terminamos, todo se va a la basura —comenzó a lloriquear

—Adiós —recargó su barbilla en su mano y sonrió.

Yo no dije una sola palabra, comencé a jugar con la tela de mi blusa en lo que mis nervios se calmaban y en lo que él terminara de hacer lo que sea que estuviera haciendo.

—No quise causar problemas —fue lo único que se me ocurrió decir

—Tranquila, no los causas —el tecleó unas cosas y me miró —Está bien ordenado, necesito que llames a las citas que tenga después de las siete... Cancela, tenemos trabajo y nos quedaremos aquí si es que comienza a llover tan fuerte como las noticias lo decían.

—Claro que si. —Me fui de ahí.
Después de un largo día cayó la noche, llamé a mi abuela diciendo que llegaría tarde.

—Ven a mi oficina, necesito que revises las inversiones de estos dos últimos años. La mayoría está en papel así que te recomiendo que comiences lo más rápido posible.

—Claro — lo seguí, me dio una de las cajas. Traté de cargarlas pero pesaban bastante, así estas me llevaron hacia abajo haciéndome pasar una vergüenza.

—Oh, lo siento. Déjame ayudarte —tendió su mano yo la tomé

—Gracias, creo que lo mío es hacer el ridículo frente a usted. — me sacudía un poco. El soltó una risilla.