Be Mine ll Tony López y tú

32

Cuando desperté solo estábamos Erick y yo.

—Pareces muy comprometida a tu trabajo — Habló sarcástico

Yo bufé y miré hacia otro lado

—Si sólo vas a burlarte es mi será mejor que me vaya— me puso de pie y caminé hacia la puerta.

—Lo siento, al menos fui el único valiente en despertarte— se encogió de hombros

Yo paré en seco y me giré para verlo.

—¿Dónde están los demás? — mire hacia todos lados pero no había nadie sólo él.

—Como te dije anteriormente, yo fui el único valiente en despertarte. Amanda dijo que iría con el señor López a comprar unas cosas y Gabriel se fue a comer Así que yo me quedé contigo y como ya despertaste me regreso a mi hotel. Hasta luego. — dio media vuelta

—Espera — se detuvo—¿sabes si van a volver?

— Bueno creo que al parecer entonces si te preocupa que estén juntos. No sé si vuelvan, yo al menos no lo haré. — me miró a los ojos

Sin duda esta tenía que ser una familia de dioses griegos, él me miró con sus ojos color verde y un mechón rubio caía hacía su frente.

— Te equivocas. No me preocupa que estén juntos, confío lo bastante bien en mi novio como para saber que haría algo así como engañarme, no digo que Amanda sea fea sino que solamente están por negocios así que ahórrate eso que estás haciendo conmigo— me puse frente a él

Solo rió y se cruzó de brazos.

—¿Hacer que contigo? — se acercó a mí.

—Eso, insinúas que él me haría daño pero la verdad es que no es así. — sonreí

—¿Que te hace pensar que no? — arqueó una ceja.

—Sé que no. Ahora, tú y yo estamos bastante ocupados. Tú tienes que ocuparte de la bruja de Lily y yo de que las cuentas en este edificio estén bien. Así que ¡Shu! — lo empujé despacio.

—¿Segura que vas a trabajar? ¿No prefieres dormir un poco más? — soltó una risa.

Rodé los ojos y salí de ahí.

—adiós — me despedí desde el pasillo

—¡Es una broma! — gritó

—No me gustan tus bromas — una sonrisa se dibujó en mi rostro

(...)

—Hey — Tony entró a mi oficina

—Hola — saludé sin mirarlo.

—Te traje comida italiana porque ya es tarde — la dejo sobre una de las sillas.

—Gracias, ordené pizza hace un rato — sonreí.

—Oh, ya veo— miró la caja vacía que estaba a un lado mío —Bueno... ¿Qué tal va tu día?

—Va bien— respondí cortante

—¿Estás molesta conmigo? — se sentó en la silla que estaba ahí.

—Claro— lo miré a los ojos — Me quedé dormida en una reunión importante por andar esperándote anoche. ¿Cómo me excuso diciendo "esperé a mi novio toda la maldita noche y por eso me dormí"?

—Sabes que estaba ocupado... — llevó sus manos a la cara

—Sabías que teníamos una cita. — mis ojos estaban llorosos.