21

2.3K 189 114
                                    

Un delicioso aroma a hot cakes llegó a mi que tuve que despertar. Tony no estaba a mi lado, sin embargo, escuché ruidos provinientes de la cocina.

—Buenos días _____— me dio un pequeño beso en la frente

—Hola Tony ¿Qué haces? — pregunté recargandome en la barra de la cocina.

—Pues pensé en hacerte el desayuno — me sonrió —siéntate que ya están.

—Bien, gracias — mientras comíamos no hubo mucho de que platicar, estaba todo muy callado.

El sonido de un celular se hizo presente.

—Creo que es el tuyo ____, deberías contestar —Yo asentí y contesté.

La llamada venía desde México así que contesté.

—¿Hola?

—¿Es usted _______ Pines? — Una voz ronca preguntó del otro lado de la línea.

—Sí, lo soy ¿que sucede?.

—Verá, una de las vecinas de casa de su abuela llamó diciendo que se desmayó de repente. Habló rápidamente a la ambulancia y está aquí en el hospital, por ahora está estable pero tal vez sea necesario que venga acá. — eso me dio un bloqueo de al menos diez segundos, comencé a temblar y Tony solo me miraba tratando de comprender el asunto.

—Em... Si, iré lo más rápido posible. Muchas gracias — colgué.

—¿Qué sucede? — se puso de pie.

—Mi abuela está en el hospital, tengo que irme— solté una pequeña lagrima y fui directo a la habitación para hacer mi equipaje.

—Tranquila, le diré a alguien que te acompañe y... — interrumpí

—No es necesario, solo... Necesito unos cuantos días en el trabajo — lo miré de frente

El vino hacia mi y dejo un pequeño beso en mi cabeza. Me abrazó.

—Toma el tiempo que quieras, sé que es muy importante para ti. Le diré a Scott que venga para llevarte al aeropuerto. — yo asentí.

Él se fue a la cocina donde estaba su teléfono y llamó.

Mientras yo estaba de lo más nerviosa por que todo saliera bien.

Cuando todo estaba listo, Scott estaba abajo esperándonos, fuimos camino al aeropuerto. Tony no bajó, por miedo a lo que pudieran decir ya que su compromiso fue apenas ayer.

—Cuando llegues a México llámame ¿si? Y si ves mi nombre contesta, no quiero morir por no saber nada de ti. — me dio un fuerte abrazo.

—Si, te llamaré. Gracias — me solté y bajé de la camioneta.

—Te amo— fue lo que alcancé a leer en sus labios y yo sonreí.

(...)

Tomé un taxi y le indiqué la dirección a la cual iríamos, a casa de mi abuela. Mientras iba en camino llamé a Tony.

—Hola, he llegado — hablé

—Me alegro de escuchar eso, ¿que tal el viaje?

—Nada mal

—Bien, espero que todo mejore por allá.

—Gracias, te quiero

—Yo te amo— eso dibujó una sonrisa en mi rostro.

Al llegar a mi destino pagué y me adentré con todo lo que cargaba. Me instalé lo más rápido posible y fui a el hospital.
Al llegar una linda chica pelirroja me atendió.
Me dio las indicaciones y yo corrí al piso donde estaba.
Magda, nuestra vecina acababa de salir de la habitación.

Be Mine ll Tony López y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora