81. REAL LIFE

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REAL LIFE

-¿Dónde mierda está Virgo? –gritó y luego golpeó con su puño un espejo en la pared haciéndolo añicos.

Ninguna hablaba. Nadie decía nada. No se atrevían. Leo estaba furiosa, respirando fuertemente, su pecho subía y bajaba muy rápido. Su ceño fruncido miraba el suelo, luego levantó la vista y, con sus nudillos ensangrentados, continuó hablando.

-¿Acaso es un jueguito? ¿Nos descubrieron y ahora jugarán con nosotras? –comenzó a alzar la voz. -¡¿Dónde mierda está Virgo?! –repitió, gritando a las cámaras de seguridad visibles en las esquinas de la habitación.

-Leo, creo que es mejor esperar –habló Gemini.

-Oh, claro. Solo porque tú te opusiste a la idea de Scorpio, ahora dejarás el maldito plan –le habló, con los ojos bien abiertos.

-¿Qué? No, nunca dije eso... -comenzó a contestarle.

-Leo, relájate, ¿sí? Virgo puede estar en cualquier lugar, incluso tal vez ha podido escapar, nunca lo sabrás –le dijo Libra, acercándose.

-Están jugando con nosotras.

-Eso no lo sabes –le impuso Cancer.

-El plan es sencillo. Escapar cuando nos suelten. Fin de la historia –comenzó Scorpio. –Nadie dijo nada sobre avisarle al resto de si estaba a salvo o no. Así que, tal vez es como dijo Libra.

-Pero tal vez no –impuso Leo. –Porque estoy segura de que ellos, quien mierda sean, saben lo queremos hacer y saben su poder sobre nosotras. ¡Nos vigilan las malditas 24 horas del día!

Las once chicas se miraban entre sí. Era la primera vez que una de ellas se atrasaba en su vuelta unas cinco horas.

-Libra –se escuchó la voz en los altoparlantes, al mismo tiempo que aquel nombre aparecía en la pantalla que había a un lado de la pared que luego se abriría como único medio de acceso y salida.

Era momento de la salida de Libra. Pero Virgo aún no había vuelto.

-No te vayas, no sin antes ver a Virgo –le ordenó Leo.

-Leo, cierra la maldita boca –habló imponente Saggitarius. –Libra, vete antes de que yo misma te patee el trasero.

Luego se vio a Libra irse, para nunca volver. Al menos no con vida.

-Y, ¡corten! –se escuchó detrás de cámaras.

Aplausos comenzaron a resonar en todo el set. Dirigidos a las once chicas en pie y a la doceava detrás de los equipos de filmación. Era uno de los mejores elencos que pudieron haber existido.

-¡Mis chicas son increíbles! –gritó Francis Lawrence. –Grecia, te adoro –le señaló. – ¡A todas las adoro! –las chicas rieron ante su comentario y comenzaron a irse a sus camerinos. Tendrían un descanso antes de seguir las grabaciones de aquel día.

-Eres la número uno –le dijo Tom a Grecia, besándola en la mejilla.

-Es lindo estar de vuelta frente a la cámara –le sonrió, abrazando al chico por la cintura y apoyando su cabeza en su musculoso pecho.

-Y te sienta aún mejor que antes.

Grecia lo miró a los ojos, aún con la sonrisa en sus labios. Él debería estar rodando sus nuevas cintas, pero pidió un par de semanas más de tiempo libre para poder estar con ella. Recién iban trece días de rodaje, y SIGNS había superado las expectativas de cualquiera, Grecia estaba en buenas manos.

Al final del día, tarde en la noche, alrededor de las 23, Grecia y Tom llegaron a su departamento. Con el paso de los días, ese lugar, no tan pequeño pero tampoco espacioso lo suficiente, se había convertido en un hogar compartido para ambos. Cuatro paredes y un techo en la ciudad de Kingston, era el lugar favorito de la pareja, donde eran ellos y solamente disfrutaban de su compañía y la de sus perras.

-¿Qué dices de irnos un par de días de vacaciones antes de que tenga que volver a grabar? –le preguntó Tom, acariciando uno de los pies de Grecia. Ella estaba casi dormida en el sofá y su novio se había ofrecido a darle un masaje de pies, a lo que ella no se negó.

Abrió los ojos frunciendo su ceño y levantó su cabeza, corrió a Pandora que se hallaba dormida en su pecho para poder ver mejor a Tom.

-¿De vacaciones?

-Sí, nos lo merecemos.

-¿A dónde iríamos?

Tom inclinó su cabeza, miró al techo unos segundos, exagerando su rostro pensativo, haciendo reír a su persona favorita en todo el mundo.

-¿Qué te parecen las Islas Canarias?

-¿España? –rió.

-Sí, ¿por qué no? Podríamos aprender un poco de español, visitar nuevas playas. Nunca he ido, dicen que es muy bonito.

-Y, ¿a qué isla iríamos?

-A Gran Canaria.

Grecia lo miró sonriendo. Estaba tan enamorada, Tom podría decirle de nadar en lava caliente y ella le diría que sí.

-Piénsalo, estaríamos solos –se levantó y se acercó al oído de ella. –Podremos hacer lo que queramos –le susurró y la besó en los labios. –Te espero en la cama –le dijo ya casi llegando a su habitación.

Ella desvió su vista a la dulce Pandora, ahora sobre su regazo. La perrita estaba dormida y en ese instante se escuchaban las patitas de Tessa acompañando a Tom.

-¿Tú qué dices? –le susurró. -¿Gran Canaria, eh? –Pandora abrió sus ojos como si de verdad la hubiera entendido, luego de unos segundos, le ladró. -¿Eso es un sí? –preguntó, riendo. Pandora ladró de vuelta.

Grecia reía y por el sonido, Tom, sin camisa y descalzo, asomó su cabeza por la puerta de la habitación sin que su novia se diera cuenta. Sonrió al ver lo que le contestaba a su perra.

-Gran Canaria será. 

𝐆𝐑𝐄𝐂𝐈𝐀 ; 𝘛𝘖𝘔 𝘏𝘖𝘓𝘓𝘈𝘕𝘋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora