𝐆𝐑𝐄𝐂𝐈𝐀 ; 𝘛𝘖𝘔 𝘏𝘖𝘓𝘓𝘈𝘕𝘋

56. REAL LIFE

REAL LIFE

-Me dejará plantada.

-Grecia, por Dios. Deja de decir eso. Seguro se atrasó –trató de convencerla.

-Zoey, deja de decir estupideces.

Era jueves por la mañana en la ciudad de Nueva York. Grecia junto a Zoey, Zac y Harrison, aguardaban a la llegada de Tom en la puerta de la corte. Hoy sería el día del divorcio de sus padres y él le había prometido estar para ella.

Su corazón latía fuerte, su padre ya estaba dentro con Johannah. Le dolía verla a los ojos y ya había perdido la intención de llamarla mamá. Estaba muy herida por todo el sufrimiento que ella le había hecho pasar a Paul, ella se merecía una nueva vida separada de Grecia y su padre.

-Cariño, ya deben entrar, está por comenzar –la llamó Nikki.

La única persona faltante era Thomas. Incluso Dom y Nikki habían ido a apoyar a Paul, luego de semanas viviendo con ellos y ahora cerca, se habían convertido en muy grandes amigos.

-Él no vendrá –susurró mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla.

Harrison y Zoey se miraron con dolor en los ojos. Tom aún no le había dicho nada sobre Kat, y había pasado una semana. Una semana en la cual apenas le contestaba sus llamadas o mensajes, no tenía el valor de hablar con ella.

-¿Estás segura de que quieres ver esto? –le dijo Zoey mientras acariciaba el hombro de su amiga.

-Debo estar ahí para mi padre.

-Sabes que si quieres, podemos irnos en cualquier segundo –la apoyó Zac.

La sesión fue lenta, larga, pesada, aburrida y dolorosa. Fuera de la corte, aguardaban alrededor de cincuenta paparazzis y casi cien fans. Era entendible, dentro de aquel edificio se encontraban estrellas de cine, pero por otro lado, Grecia lo sentía como una invasión.

Estaba dolida. Demasiado. Su padre, recientemente divorciado, ocultaba perfectamente sus ganas de llorar luego de haber visto a Johannah por primera vez en varias semanas. Ella sin embargo, sabía cuán destrozado estaba.

Al llegar al hotel, le pidió a sus amigos y familia que la dejaran sola. Necesitaba tiempo para pensar y procesar lo que aquella dura mañana había sido para ella; el divorcio, Tom. Todo era un océano de emociones que Grecia estaba intentando controlar y asimilar.

Su teléfono sonó, dejando ver en la pantalla la notificación de un mensaje.

tommy

necesitamos hablar