Narra Ashley
Dos meses. Tal vez dos y medio. No lo sé con exactitud, perdí la noción del tiempo, pero aveces Michael me recuerda el tiempo que llevo aquí cuando dice que me estoy volviendo loca.
En la otra habitación está Thomas. Cuando Michael se va lo oigo llorar desesperadamente, eso pasa casi todos los días en la noche. Aveces en la tarde.
Estoy atrapada aquí, en un rincón que solo tiene una salida, solo que siempre está cerrada.
Ya supliqué mil veces para que me deje ir, y las mil veces me lo negó. La esperanza se fue a un hoyo en el fin del mundo.Michael entró en la habitación sonriendo, como casi siempre. Solo lo miré un segundo y me volteé.
—. Te ves linda —se balanceó en sus pies
—. Gracias
—. Te traje eso —me extendió una bolsita de regalo —. Hoy es diez de julio...
—. ¿¡Hoy!?
—. Me hubiera gustado que tengas una fiesta o algo, pero ya sabes...
Le arrebaté el regalo y lo abrí. Era un collar de plata en forma de corazón, en el venían grabadas las iniciales A y M.
—. ¿Que significa?
—. Tú y yo
—. ¿Ashley y Michael?
—. Exacto
—. No me gusta, ¿por qué querría algo así?
—. Pensé que...
—. Llévatelo —lancé el collar al suelo
—. Gasté todos mis ahorros en esto —dijo mientras recogía el collar tristemente —. Creí que te gustaría
—. ¿¡Por qué me gustaría un collar con tus iniciales!?
—. Nuestras, de hecho...
—. Es lo peor que me han podido dar
Así como él arrebató mis esperanzas, yo arrebató las suyas de tener la mínima posibilidad conmigo.
Se acercó rápido y me tomó del mentón
—. ¿Tal vez esto te guste? —pegó sus labios a los míos suavemente
Lo empujé con fuerza, él dio pasos atrás manteniendo una sonrisa
—. ¡No hagas eso!
—. Solo tomo iniciativa —se volvió a acercar
—. Basta —me pegué a la pared —. No me toques
—. ¡Dos meses, Ashley, DOS MESES! ¿Cuando me vas a querer aunque sea un poco...?
—. ¿Crees que es fácil? ¿Crees que el Estocolmo es alguien que me va a golpear hasta que te ame? ¡No es así, Michael!
—. Cállate —dijo entre dientes
—. ¡No digas que me calle! ¡Lo que estás haciendo es una estupidez!
—. ¡No, no! ¡Cállate!
—. ¡VETE, VETE!
—. ¡No me pidas eso! —sus ojos brillaban, estaba apunto de estallar en lágrimas —. No me pidas eso, Ashley —negó repetidamente con la cabeza
—. Vete, Michael, déjame en paz...
—. También te traje esto —dejó un anillo en la mesita de noche mientras se secaba las lágrimas con la manga izquierda —. Si eso no funcionaba... me quedaba la segunda opción, eso creo —sonrió levemente y salió
Tomé el anillo cautelosamente y me lo puse. Fui al baño, el único lugar con energía eléctrica en toda la casa, creo.
Me vi al espejo, tenía el cabello desordenado y la piel pálida. Me pasé una mano por el cabello. El esmalte de mis uñas estaba desgastado, habían partes sin color. Me veía mal, cansada y tal vez muerta en vida.
La perilla de la puerta se movió abriendo la puerta, Michael entró.—. No te enojes conmigo —me abrazó por delante, pero yo no hice nada —. No te enojes conmigo, por favor —me apretó más fuerte
—. Aléjate —estaba parada, sin moverme
Se separó lentamente y agarró mis manos
—. Te queda bien, pero falta esto —sacó el collar de su bolsillo
Al parecer lo había agarrado de nuevo solo para traérmelo, otra vez.
—. No lo quiero
—. ¡Por favor!
Suspiré y me di la vuelta, me recogí el cabello. Juro que pude sentir como sonreía con todas sus ganas detrás de mi.
Me colocó el collar con delicadeza y me agarró el hombro para que volteara.—. Eres tan... —sus ojos brillaban de felicidad absoluta
—. ¿Tan...?
—. Hermosa —acarició mi rostro —. Eres preciosa, no, no, mejor que eso. Eres perfecta
Sonreí de lado sin mostrar los dientes y finalmente hablé.
—. Gracias, Michael.
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Enamorado Perturbado
Mystery / ThrillerEnamorado Perturbado | 1er libro El chico que la ama, el que daría todo por ella se obsesionó de una manera tan primitiva. Se la ha llevado y no le importó nada. Michael fue un niño enamorado que creció e hizo lo imposible para tener a su querida...