Capítulo 17: Los bosques de Rossville

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Narra Thomas

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Narra Thomas

Me recosté en el césped, estaba lleno de hojas secas y ramitas, dejé mi mochila a un lado.
No veía a Derek hace tres días, él podía ser muy rebelde, pero jamás había huido de casa de un momento a otro. Lo hemos dejado pasar, quiero decir, toda su familia, incluyéndome.
Él es mi hermano, por supuesto hay preocupación de mi parte hacia su actitud, pero esto no era cualquier cosa, su desaparición había causado que nuestros padres peleen y estén más angustiados que cualquier otro día normal. 

Le había marcado al teléfono mil veces, siempre sonaba pero jamás respondía, solo sonaba la nota de voz *déjame un mensaje, si quieres* y ya. Tal vez nos preocupábamos de más, seguro se había perdido fumando hierba y ya no sabía cómo volver.

Sentí como una pequeña rama se clavaba en mi espalda, me removí con dolor y me paré. Mi teléfono sonó.

—. Podemos vernos hoy, si tienes ganas

—. Hola amor, tal vez otro día

—. Ya, entiendo. ¿Qué haces?

—. Nada, solo estaba... —miré alrededor —. Por los bosques de Rossville

—. ¿¡Rossville!? ¡Vete de ahí!

—. ¿Por qué?

—. Ahí matan gente, sal de ahí, por favor

—. ¿Aquí? No creo —reí

—. Te lo digo, en las noches se escuchan gritos. Hace tiempo que nadie va por ahí, creo. Un tío que es poli fue a una investigación y encontraron unos doce cuerpos apilados

—. Bueno, me estás asustando, de todos modos ya me iba

—. Por favor... ten cuidado, Thomas. Lo que menos quiero ahora es un novio muerto —rió

—. Estaré bien, te corto y luego hablamos ¿si?

—. ¿Me lo prometes? En una hora

—. Claro, una hora, adiós.

Le colgué y empecé a caminar, tocando árboles y pisando las hojas secas. Me puse un audífono en el oído izquierdo y puse música aleatoria.

Maggot - Slutever

Buena canción, seguí caminando hasta llegar a Rossville, había una casa blanca de madera, el jardín estaba hecho mierda y había un líquido rojo ya seco. Me acerqué con temor y pude ver que se trataba de sangre, o tal vez pintura. También habían pedacitos de lo que parecía ser cabello negro y hueso. Me alejé lo más rápido que pude.
Realmente nadie venía aquí, pero tenía muy mala fama. No sabía nada de los bosques, sin embargo el vecindario era diferente, todos lo conocían.
Caminé hasta el inicio de el lugar y me senté en las escaleras de una casa al azar.
Mi bisabuelo había vivido en alguna de estas casas, murió mucho antes de la masacre del 84. En fin, caminar por aquí era un tanto agradable.
Pasaron 20 minutos, me aburrí, y cuando ya estaba dispuesto a irme

—. Mierda, la mochila —dije para mi mismo

Tenía que volver, lo que menos quería era pasar por la última casa de nuevo. Crucé la calle para ir por la casa del frente y no pasar al lado del posible asesinato.
Cinco minutos, ya estaba cerca.
Un chico castaño venía del fondo. Nos miramos. Creo que lo había visto un par de veces, pero no recuerdo bien donde fue.
Hizo un gesto de saludo y siguió caminando, me dieron escalofríos, aunque lo más probable fuera que había estado por los bosques igual que yo.
Volteé a mirarlo, él estaba viéndome, apenas cruzamos miradas avanzó más rápido al lado contrario. Bueno, al menos no me seguía.

(...)

Cogí la mochila y me fui por el lado contrario, ya ni siquiera quería pisar Rossville, era todo muy raro ahí, en especial después de ver césped con sangre y un chico que no debería estar caminando por allá.

Enamorado PerturbadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora