Narra Thomas
Estaba muerto de miedo, pero aún así intenté salir por esa pequeña ventana hasta que algo me detuvo. Había pensado tanto las cosas que sin darme cuenta ellos ya estaba de regreso, Michael se reía pero no había ninguna reacción de parte de Ashley.
Me había metido rápido de nuevo y le rezaba a todos los dioses para que él no me viniera. Pasaron 10 minutos y escuché como Michael se dirigía aquí. Me escondí en las penumbras, él había ido directamente al estante donde estaba el celular de Derek.
Retrocedí pero me tropecé con una lata de pintura marrón, como odiaba ese color. Sentí como el alma se iba de mi cuerpo.
Michael volteó a mi dirección.—. Thomas, ya te vi —dijo acercándose
—. ¡Michael! —intenté fingir que no sabía nada
Me miró confundido y paró en seco
—. ¿Qué haces aquí? —le dije nervioso
—. No finjas —sacó un arma de su pantalón y me apuntó —. Ya, Derek me caía muy mal, ¿pero por qué tú?
—. De que ha...
—. Basta —me interrumpió —. No quiero matarte, enserio que no quiero
—. ¡Entonces no lo hagas! —sonreí con miedo
—. Sube
—. ¿Qué?
—. Sube —me apuntó con el arma y luego a las escaleras
—. Pero...
—. ¡Hazlo!
Caminé pegado a los repetidos estantes que habían, tratando de alejarme lo más que podía de Michael.
Me guió hasta el segundo piso y me hizo entrar a una habitación con una vieja cama y varios huecos en el techo. El suelo estaba lleno de hojas secas y polvo.—. Siéntate ahí —me señaló la cama
Obedecí sin poner ni un pero
—. ¿Que tanto sabes? ¿Que viste?
—. Nada —apreté los labios y tragué saliva
—. Podría dispararte aquí, ahora mismo
—. No Michael, yo...
—. Así estarías con tu hermano —me interrumpió —. Así te pudres con él
—. ¿Donde está? —dije esperando lo peor
—. Ya debe haber llegado a Seattle, no tengo idea
—. ¿Que le hiciste? —sentí como poco a poco mis ojos se llenaban de lágrimas, tan solo tenía que parpadear para que cayera un mar de lamento
—. Tanto —sonrió de lado —. Llegué al nirvana con su sangre
—. ¡Hijo de puta! —dije entre dientes, la saliva caía de mi boca como un lobo hambriento
—. Si, es la verdad. Que lástima por ustedes dos, ninguno se salva de su peor destino
—. ¡Púdrete, púdrete!
—. Lo mismo dijo él, pero, ¿sabes cuales fueron mis palabras favoritas? Cuando me pidió que me detenga, y no lo hice. Solo le aplasté la cabeza, ¡como una maldita uva!
—. Jódete, Michael, vas a pagar por todo esto
—. ¡Adivina qué! No existe el infierno, estoy salvado.
Salió de la habitación y cerró la puerta con llave.
Me agarré la cabeza y sollocé en el piso, no tenía nada más que padres ahí afuera, que probablemente ni siquiera me busquen, tal vez piensen que me fui sin avisar y que ya no iba a volver. ¡No me he ido, sigo en la ciudad, estoy en Rossville!
Ya no podía hacer nada, si intentaba algo me disparaba y moría, así de fácil. Igual si me quedaba, algún día me mataría o me dejaría morir de hambre.
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Enamorado Perturbado
Misterio / SuspensoEnamorado Perturbado | 1er libro El chico que la ama, el que daría todo por ella se obsesionó de una manera tan primitiva. Se la ha llevado y no le importó nada. Michael fue un niño enamorado que creció e hizo lo imposible para tener a su querida...