Enamorado Perturbado | 1er libro
El chico que la ama, el que daría todo por ella se obsesionó de una manera tan primitiva. Se la ha llevado y no le importó nada.
Michael fue un niño enamorado que creció e hizo lo imposible para tener a su querida...
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Narra Michael
No tengo idea de cómo pasó. Había otro, pero éste no estaba en Rossville secuestrando al amor de su vida. Él asesinaba gente inocente. Dejé a Thomas y Ashley dentro del auto. Ni siquiera sabía que hacer, no podía dormir o podrían escapar. Agarré del brazo a Thomas y le apunté a la cabeza.
—. Si te vas no lo cuenta —dije dirigiéndome a Ashley
Ella asintió repetidas veces y entró al auto. Dejé a Thomas de lado y me acerqué para hablar con Ashley.
—. Solo quiero que sepas, que si pasa cualquier cosa. Te amo. Te amo como jamás he amado a nadie.
Le di un beso en la frente y una suave caricia en el rostro. Ella evitaba mirarme a los ojos.
Volví con Thomas, nos adentramos al bosque por un buen rato, ni siquiera sabía que buscaba. Pasaron tres horas, ya eran las ocho de la noche, todo estaba oscuro. Saqué mi teléfono y alumbré el camino. Pateé una lata sin darme cuenta, miré abajo. Habían varias latas de comida abiertas y con gusanos, botellas sin nada dentro que habían sido aplastadas, encima de todo eso había sangre seca y lo que parecía cabello rubio esparcido por toda la tierra. Apunté con la linterna del teléfono enfrente. Ahí se encontraba un vestido blanco sucio y unos zapatos negros con el tacón roto. Miré a Thomas con los ojos bien abiertos.
—. Vámonos de aquí, rápido —le susurré mientras apuntaba con el arma a todos lados —. Si alguien viene, te dejaré aquí, ¿lo entiendes?
Él se quedó callado mientras yo lo empujaba para que camine rápido. Sonó un estruendo, seguido de Thomas en el piso con las manos aún atadas.
—. Lo siento, Thomas
Corrí lo más rápido que pude al auto, estaba completamente perdido pero después de varios minutos di con el. Ashley se levantó asustada cuando escuchó que abrí la puerta toscamente.
—. ¿Y Thomas?
—. Tenemos que irnos. Ya.
—. ¿¡Que le hiciste a Thomas!? —sus ojos se llenaron de lágrimas
—. ¡NO LE HICE NADA!
—. ¡LO MATASTE! Debí haberme ido... —se tapó la boca mientras cerraba los ojos con fuerza y temblaba —. No tenía por qué confiar en ti, ¡eres un asesino!
—. ¡YO NO LE HICE NADA! —mi respiración estaba agitada —. Alguien lo golpeó... ¡yo solo corrí!
—. ¿¡Y por qué no te golpearon a ti!? —decía entre sollozos
—. ¡No lo sé, no lo sé! ¡SOLO CÁLLATE!
Busqué en mis bolsillos las llaves del auto, pero no había nada, mi corazón dio un vuelco al pensar que se me habrían podido caer las llaves del auto en algún momento dentro del bosque.
—. No están —volteé a verla —. Las llaves... se cayeron
Entré como pude al asiento trasero y la abracé con fuerza, cubriéndola por completo.
—. Solo... debes tranquilizarte... —susurré
<<Michael, solo tranquilízate>> —pensé —<<Todo está bien, todo estará bien. Tienes a la chica. Quédate con ella.>>
Empecé a inhalar por la nariz y exhalar por la boca. Ashley estaba temblando a más no poder, le acaricié el cabello tratando de consolarla.
