Mateo empezó a reírse descontroladamente, seguido de Pedro y yo. Paulina estaba negando con su cabeza entre sus manos y la manager de Trueno miraba hacia un costado, claramente avergonzada.
Y bueno, no podía quedarme callada, tenía que decirle algo al pajero.
⎯ Mejor nos damos un descanso ⎯ dijo mi manager, haciéndome una seña para que me fuera de la sala.
Solté un soplido ofendido, y agarré mi campera y mi celular para irme afuera a esperar que terminara la reunión del orto.
Sentí como alguien me seguía y supuse que era el turro molesto.
⎯ ¿Cómo sabés vos lo que me gustaría? ⎯ me preguntó apoyándose en la pared del pasillo, haciendo referencia a lo que le había contestado en la reunión.
Rodé mis ojos y saqué un faso ya armado, para prenderlo. Decidí ir a fumar afuera, y eso hice, pero lamentablemente Trueno seguía siguiéndome.
⎯¿Sabés algo? ⎯me dijo, al ver que no le contestaba siguió hablando⎯. Al principio me tenías loquito con las cosas que me decías, que no eras una cheta y no se qué...
Lo miré, prendiendo el faso, sin saber a dónde quería ir con eso que estaba diciendo. Me sonrió burlón, y apoyó una mano en la pared, a la altura de mi cabeza. Bajó su cabeza a mi oído y me dijo:
⎯Una lástima que resultaras ser todo lo que me negaste.
Mi ceño automáticamente se frunció y la rabia me llenó por completo. ¿Y el qué mierda sabía de mí? Enojada, lo agarré del cuello de la remerita que tenía puesta y lo acerqué a mi cara roja de la rabia.
⎯Mirá, gil ⎯le dije⎯, seguís sin saber quién mierda soy, y como me sigas buscando me vas a encontrar.
Se rió, aún cerca de mi cara. De un instante al otro, dejó de reírse, y me miró fijamente. Su cara estaba a pocos centímetros de la mía, y ya me estaba incomodándo. Desde donde estaba él, podrían verse los miles de defectos que tenía, seguramente.
⎯Tan chetita y enojona ⎯susurró, pegando su nariz a la mía⎯, y tan hermosa.
Entrecerré mis ojos y lo empujé lejos mío. El faso se me había apagado con la interacción.
⎯Sos un tarado ⎯le dije enojada, volviendo a prender mi porro.
Se rió, y acomodó su campera y su gorra, mirando a una rubia que pasó por nuestro lado.
⎯Pero te morís por mi igual.
Ésta vez me reí yo, y le eché el humo en la cara, pasando por el lado de él.
⎯Ya quisieras, Palacios.
Y me fui de allí, caminando por la vereda llena de gente. Saqué el celular para avisarle a Paulina que ya volvía, que iba a dar una vuelta, y me concentré en buscar algún lugar para comer. No había desayunado y eran casi la una de la tarde, y me estaba muriendo de hambre.
⎯¡Mara!
Me giré, y ví a un pibe correr hacia mí. No sé si yo estaba muy ciega o qué, pero no podía ver quién era. Cuando llegó hasta mi lado, lo reconocí y le sonreí en grande, dándole un beso en el cachete.
Era el sugar daddy de 30 que había conocido en la fiesta de Nicki Nicole, y al parecer trabaja en la misma discográfica que yo.
⎯Hola... ⎯le dije sonriente. Le pegué una calada al faso, tratando de acordarme se su nombre, pero nada venía a mi cabeza⎯, disculpa pero no me acuerdo de tu nombre.
Soltó una carcajada sonora y pude ver sus dientes blancos de reclame de pasta de dientes sonreírme. Dios qué hombre.
Peinó sus rulos hacia atrás y me siguió sonriendo, contagiandome con la sonrisa.⎯Soy Hugo ⎯me dijo, extendiendo su mano⎯, Hugo Méndez.
⎯Un gusto Hugo Méndez ⎯le dije yo, aceptando su mano con una sonrisa.
Empezamos a caminar, sin ninguna dirección o lugar en mente y empezamos a hablar de cualquier cosa. En un momento, me di cuenta de que no sabía qué hacía él en la discográfica. ¿Hacía música? ¿Era una asistente, un manager? Y se lo pregunté.
⎯Soy productor.
Alcé mis cejas.
Era lindo, maduro, y encima le gustaba la música tanto como a mí. Era perfecto el hombre.
Llegamos a un café que no estaba tan lleno como otros locales, y pedimos dos cafés calentitos. Yo de mi parte pedí media docena de medialunas porque me estaba cagando de hambre, él no pidió más nada.
Nos sentamos a esperar nuestro pedido y lo caché mirándome sonriente.
⎯¿Qué pasa que me mirás así? ⎯le pregunté riéndome.
Su sonrisa se torció, y me miraba como haciéndose el lindo. Y estaba funcionando, la verdad.
⎯Nada, que sos muy muy hermosa ⎯me dijo.
Rodé mis ojos, muriéndome por dentro. Si cualquier otro pibe me decía eso por ahí ni bola le daba, pero Hugo no era otro pibe.
Había algo en él que me hacía querer vivir las Cincuenta Sombras de Hugo.El pedido llegó y empecé a comer con ganas. Al verme se rió.
⎯Te iba a invitar a comer esta noche... pero veo que quizás estarás llena para entonces.
Dejé de comer y me lo quedé mirando. ¿Me estaba invitando a comer?
⎯Sigue en pie la oferta, igual ⎯continuó diciendo.
De la nada, se levantó con su café en la mano y me tendió una tarjeta con su número.
⎯¿Te vas? ⎯le pregunté, con una medialuna en la mano.
Asintió. Se agachó a la altura de mi boca y me dejó un beso en la comisura, con una sonrisa.
Lo ví irse de allí, sin saber qué decir o qué pensar. Era muy lindo y todo pero medio raro.
Igual, me lo comería en dos panes.
Seguí comiendo mis medialunas tranquilamente, pensando en que tendría que volverme al estudio sola, cuando me vibró el celular.
Lo agarré y me fijé en las notificaciones.@TruenoOficial: Miren que linda era mara antes
El muy hijo de puta había subido un video viejo mío, dónde me ponía a improvisar y a hablar de las ganas que tenía de hacer música.
Con el enojo de haber sido humillada recorriendome la sangre, empecé a escribir una respuesta debajo de su tweet.
@Mara: @TruenoOficial realmente keres sacar videos viejos a la luz, ex youtuber???? "pegame y llamame marta"
Salí de Twitter y entré a Youtube, dispuesta a encontrar videos viejos del raperito que tanto le gustaba molestarme.
El que ríe ultimo ríe mejor, ¿no?
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𝙏𝙍𝘼𝙋𝙋𝙀𝙍; 𝘵𝘳𝘶𝘦𝘯𝘰
Fanfiction❝⎯ no te voy a mentir, al principio pensé que eras una chetita intento de trapper. mara lo miró con una ceja alzada y cruzó sus brazos. ⎯ no soy ni cheta ni trapper. trueno se rió. ⎯ sos sí, trapper.❞ las primeras impresiones no lo son todo. y el cl...