—¿Te lo chapasteeeeee?
Me reí asintiendo, y me lleve la taza de chocolate caliente a la boca, tratando de que Pau captara que no quería hablar del tema.
¿Era un wacho lindo? Sí. ¿Estuve toda la noche pensando en el beso? Sí, también. ¿Quería tener algo que ver con el pibe? No, en lo absoluto.
Soy muy orgullosa y no iba a dejar que pensara que podía bardearme y después comerme la boca y todo estaría bien. No, conmigo no eran así las cosas.
—¿Y por qué no me contaste en el momento?
Me volví a reír. Paulina podía ser bien tonta a veces.
—Porque estabas roncando en la habitación de invitados de Nicki.
Pau se dió cuenta y se rió tambien, metiéndose un tenedorazo de ensalada.
Estábamos desayunando en casa, por primera vez en muchísimo tiempo, y lo que Paulina había decidido comer era su especialidad; una ensalada. Yo por mi parte, me mandé un chocolate calentito de puta madre, y unas tostaditas que me hacían acuerdo a las que comía en el orfanato, que no estaban para nada mal.
De repente, me suena el celular. Pau me había mandado algo por correo. Estaba sentada frente a mí, pero cuando la miré como para preguntarle qué me había enviado, evitó mi mirada y siguió con su celular con una sonrisa enorme.
—¿Qué me mandaste?
Me miró de reojo, aún sonriendo como una psicópata.
—Fíjate.
Resoplé y abrí la aplicación del correo electrónico. Me dirigí a mi bandeja de entrada, para ver en letras mayúsculas el correo de mi manager.
LOLLAPALOOZA.
Solté el celular de golpe y lo dejé caer en la mesa de la cocina de nuestro apartamentito.
—¿Es joda? —le pregunto, ella aún sigue con esa sonrisa de desquiciada—. ¿Es joda, verdad?
Se empezó a reír. Comenzó a saltar en su lugar como emocionada mientras se reía estúpidamente.
—¡Noooooooooooo, sos una artista invitada en el Lollapalooza!
Me tapé la boca con las manos de la sorpresa y emoción y estallé en lágrimas. Mi amiga se acercó rápidamente y me envolvió en un abrazo, mientras pegaba saltitos.
Era mi primer evento importante y no podía creer que me hubieran invitado a mí, entre todos los artistas urbanos argentinos del momento. No lo podía creer realmente.
Después de llorar como una boluda, empecé a organizar con Paulina todo lo relacionado con el evento. Desde la hora en la que llegaríamos, hasta la performance que daría. Me habia emocionado muchísimo.
Pensé en mis padres, y en lo mucho que me gustaría llamarlos y contarles ésta noticia. Nunca conocí a mi papá, y lo único que sabía de mi madre, era que se drogaba y que me dejó en el orfanato con una mantita azul, un 5 de mayo.
A pesar de no conocerlos, y de que nunca formaron parte de mi vida, me hubiera gustado verlos justo en ese momento.
Pero no porque los extraño o los quiero conocer, hubo un tiempo de mi vida donde quería saber las respuestas a todas mis preguntas de nenita abandonada, pero sabía que ya no quería saber las respuestas y que de nada serviría tenerlas porque seguirían sin ser parte de mi vida; sino porque me gustaría mostrarles en lo que me convertí.Por si algún día se preguntan qué es de mí, que sepan que la nena triunfó y anda en cosas grandes. Y que no me busquen, porque yo pude solita.
El gran día del festival del Lollapalooza llegó y mis emociones habían aumentado en grandes cantidades. Aunque Pau, parecía más nerviosa que yo, mientras se movía de un lado a otro en la minivan blanca.
Habíamos llegado hacía tres horas atrás. Estaba todo pronto, solo faltaba terminar de maquillarme y peinarme y salir al escenario. Pero Paulina no paraba de moverse y molestar a todos.
—Tené cuidado con el makeup, que si me dejás a la artista malpintada, te despido —le dijo al maquillista, que estaba mirándola con cara de culo—. Ay perdón, Jorge. Es que estoy nerviosa.
Nos reímos todos en el motorhome y seguimos con nuestras tareas.
Mientras todos se mantenían ocupadísimos, yo me encargué de calentar mi voz y rezarle a Diosito para que todo fuera bien. Mis nervios eran impresionantes. Nunca había estado tan nerviosa.
Yo siempre fuí la típica loquita que se manda de una y hace todo así, con valentía y sin mirar para atrás, porque nunca tuve nada que perder. Pero ahora que era alguien de renombre y estaba en algo tan importante, bajo la mirada de todos, me sentía nerviosa y de repente, toda la valentía de la nena de barrio que se metía a cantar a los bares para comer, se me iba.
En el escenario principal, estaba Nathy Peluso cantando ya. Tarareé sus canciones mientras me miraba en el espejo, alisándome la ropa.
Tenía puesto un top negro, y un pantalón a rayas holgado. No sabía que podía ponerme, y me decidí por lo primero que ví. Tampoco quería caretear y ponerme toda pipí cucú, porque yo no era así.
Uno se pone lindo pero no se va de mambo y pretende ser alguien que no es.Una vez que estuve pronta, salimos del motorhome con Pau y un tipo del soundcheck, y fuimos hasta el backstage del escenario, donde me iban a enchufar los earplugs y esas cosas. Todavía faltaban dos personas más para tocar, pero quería quedarme ya pronta.
Cuando ya tenía todo puesto y pronto, me senté en uno de los altavoces enormes que tenían detrás del escenario y empecé a grabar la parte de atrás del escenario para mis historias de Instagram.
Banda de gente me había escrito y me había etiquetado en historias, diciendo que iban a verme al Lolla y eso me llenaba de emoción y más nervios, todavía.
Un celular sonó, y no era el mío. Miré para adelante y ví a Paulina contestar la llamada, tapándose el oído libre tratando de escuchar. Se me acercó para decirme que ya venía, porque con el ruido del escenario no podía escuchar y yo me quedé en el mismo lugar, viendo las historias en las que me habían etiquetado.
—A pero mi nena linda toca hoy, es cierto.
Me giré para ver el dueño de esa voz ronca y ví a Trueno, apoyado en las rejas que rodeaban el escenario y el backstage de éste, mirándome con una sonrisa boluda.
Tenía puesto un buzito blanco, y unos shorts grises. Para mi sorpresa, ningún piluso decoraba su cabecita.
Estaba fachero como siempre. Y buenísimo, tambien.Lo miré enojada.
Después del beso, lo único que hizo fue darle me gusta a mis fotos, pero por alguna razón, no me habló, y ya habían pasado como tres semanas.
Igual, tampoco me importaba, pero me molestaba que tirara la de "me gustás mucho" y después ni me escribiera. No le iba a responder si lo hacía tampoco.
—¿Qué hacés acá? —me animé a preguntarle.
Se sonrió. Comenzó a acercarse a mi, y se puso entre mis piernas, apoyando sus codos a los lados.
Una sonrisita, de esas que le achinaban los ojitos negros, adornaba su carita de turro lindo. No pude evitar sonreír también.
Wacho lindo.
Quería odiarlo, no que me hiciera sonreír.
—Yo también toco hoy, bebota —me dijo con la voz ronca.
Me miró a los ojos, todavía sonriendo.
La diferencia de altura entre nosotros era casi mínima, nada más que ésta vez, yo era un poquito más alta que él.Estiró su cuello y acercó su carita a la mía, mirándome la boca. Rozó sus labios con los míos, y me los mordí, provocando una sonrisa de su parte.
Cuando ví que no se acercaba más, pasé mis brazos por su cuello y pegué su boca con la mía.
Si me iba a boludear, que lo hiciera bien.
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𝙏𝙍𝘼𝙋𝙋𝙀𝙍; 𝘵𝘳𝘶𝘦𝘯𝘰
Fiksi Penggemar❝⎯ no te voy a mentir, al principio pensé que eras una chetita intento de trapper. mara lo miró con una ceja alzada y cruzó sus brazos. ⎯ no soy ni cheta ni trapper. trueno se rió. ⎯ sos sí, trapper.❞ las primeras impresiones no lo son todo. y el cl...