veintiocho

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disfruten mucho de trapper que quedan dos capítulos nomás 🥺







Estaba recostado en una de las sillas del estudio, dándole caladas a mi faso mientras escribía un par de letras sobre mi novia hermosa. Camilo, estaba a un lado mío con su celular, de vez en cuando compartiendo conmigo el porro.

⎯ ¿Sabías que Mara está con Hugo? ⎯ dijo de repente mi amigo.

De inmediato me enderecé en mi silla y lo miré, queriendo saber más.

⎯ ¿Cómo?

Camilo asintió y se acercó a mi con su celular en las manos.

Era una foto grupal de todo el crew de mi novia, y estaba ella, tan bonita sonriendo con Paulina al lado. Muy a mi pesar, Hugo, estaba detrás de ella y tenía un brazo sobre los hombros de Mara.

Hugo y yo no teníamos mucha relación. Él trabajaba en la discográfica como Ingeniero de Sonido, y aunque no trabajaba conmigo, a veces se creía que podía opinar con mis productores acerca de mi música o mis grabaciones en el estudio. En pocas palabras, era un viejo reconcheto, que le gustaba molestarme haciendo comentarios del orto. Y ahora, me molestaba tratando de acercarse a mi novia.

Incluso cuando Mara y yo no éramos nada, él se le acercó varias veces y sabía que su único propósito era molestarme.

Enojado, agarré mis cosas y salí de la sala, no podía quedarme haciendo nada. Me recorrí la discográfica en busca de mi padre, encontrándolo en la entrada, riéndose con la recepcionista.

⎯ ¿Qué pasa, Truenin, que tenés esa caripela? ⎯ me preguntó mi viejo.

Mi cara de culo era demasiado obvia y mi papá la tenía re calada.

Le hice una seña hacia un lado para que viniera conmigo, y me siguió hasta una esquinita.

⎯ ¿Vos sabías que el forro del Hugo iba a ir con Mara en el tour? ⎯ le pregunté.

Me miró y una sonrisa apareció en su cara, lo que me hizo enojar aún más.

⎯ Pero Truenito... Ya hablamos de esto mil veces ⎯ empezó a decirme, palmeándome el hombro⎯ , Hugo no quiere robarte nada ni te quiere joder. El pibe trabaja en la discográfica y lo deben haber hecho cargo del sonido del escenario.

Me solté de su agarre y me fui hacia afuera. Pedí un Uber y esperé ansioso a que llegara. Justo cuando llegó el auto, Camilo me llamó.

⎯ ¿Qué querés, gil?

⎯ ¿Que me dejás solo en el estudio? ⎯ me preguntó mi amigo⎯ . ¿Vas a tu casa?

⎯ Sí.

Me subí al auto y me acomodé en el asiento trasero, con el enojo y el estrés en mi cabeza.

⎯ Bueno, ¿nos vemos allá, o querés estar solo?

Me la pensé unos segundos, pero aunque quería estar malhumorado solo, estar con mi amigo no me vendría mal.

⎯ Vení sí.

Y corté la llamada.

Cuando llegué a la casa de la Boca, fui derecho a mi cuarto a tirarme en la cama.

Una parte de mi quería escribirle a Mara, y preguntarle qué onda, si me estaba engañando. Pero otra parte de mí me decía que eso me traería más problemas y que iba a parecer un re boludo. No podía desconfiar de mi novia, mucho menos siendo novios por menos de un mes. La wacha pensaría que yo era un tóxico.

Sin embargo, tenía unas ganas de viajar hasta La Plata y agarrarlo al salchicha del Hugo y dejarlo molido para que no se acerque más a mi novia.

La puerta se abrió y supe que era Camilo. Vino al cuarto y me vió tirado en mi cama y negó con la cabeza.

⎯ ¿Ya tan pronto te andan cagando?

Lo fulminé con la mirada y le tiré una patada a su rodilla, desde donde estaba acostado, haciéndolo retorcerse de dolor.

⎯ Eso te pasa por abrir la boca, payaso.

Se incorporó y se sentó en la silla del escritorio de mi cuarto.

⎯ Dale, pa ⎯ me dijo prendiendo un faso⎯ , no te podés quedar quieto cuando te están manoteando lo tuyo.

Me senté en la cama y le pegué un zape.

⎯ A vos te manotearan lo tuyo, puto. A mi novia nadie la toca más que yo ⎯ le dije señalándolo con un dedo amenazante.

⎯ Ni vos la tocás.

Si las miradas pudieran matar, Camilo ya estaría cuarenta metros bajo tierra, descuartizado y pudriéndose.

⎯ ¿Y que querés que haga al respecto, boludo? Si le reclamo algo a Mara va a pensar que soy un tóxico. Y al viejo ese no lo puedo tocar porque seguro es más problema para mí.

Camilo volvió a negar su cabeza y me pasó el porro, dejando salir el humo de su boca.

⎯ Ya era, no pienses en eso ⎯ me dijo después de pensarla un rato⎯ . Hoy nos vamos de joda y pronto, gil.

Me volví a tirar en mi cama, rendido. Camilo no entendía nada. Si no se iba a un extremo, se iba completamente al otro y ni yo sabía que hacer.

⎯ No seas pelotudo, Camilo. La joda no resuelve todo ⎯ le dije y lo miré.

Me miró incrédulo, como si lo que yo le estaba diciendo era de otro universo.

⎯ Le estás hablando al Dios de la joda, todo se resuelve moviendo las cachas.

Y tres horas después, estábamos en un Uber, de camino a una joda. Aparentemente, era la joda de unas chetitas, pero poco me importaba a mí. Mientras pudiera distraerme un poco de todo lo que tenía en la cabeza, lo demás no me importaba.

Nada más llegar, un grupito de pibitas nos rodearon, pidiendonos fotos y tocandonos de todos lados.

⎯ No se zarpen con el Trueno que tiene novia ⎯ dijo Camilo sonriendo⎯ , pero yo estoy soltero. Me pueden tocar todo lo que quieran.

La joda siguió así: yo en una esquinita, fumando y tomando tranqui, mientras Camilo bailaba y se comía a todas las minas posibles. Tenía unas tremendas ganas de irme. Justo cuando estaba pensando en decirle a Camilo para irnos, una rubia apareció adelante mío.

No voy a negarlo, estaba como quería. Pero la carita hermosa de Mara aparecía en mi cabeza y no podía evitar querer estar con ella y con nadie más.

⎯ ¿Estás solito, bombón?

















shotout a Franleanis por la hermosa portada que me hizo y por ser tan amable conmigo🥰 vayan a seguirla y pedirle portadas!!!!!

𝙏𝙍𝘼𝙋𝙋𝙀𝙍; 𝘵𝘳𝘶𝘦𝘯𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora