veintiuno

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Lo dejé pasar, pero no pude moverme de mi lugar porque me quedé pensando en sus palabras la última vez que nos vimos.

Sentí su presencia detrás mío y lentamente, tan suavecito como pude, me giré y lo miré a los ojos.

Tenía el pelo despeinado, sin ningún gorrito o piluso que lo tapara, dejándome ver una franja rubia en su pelo. Olía fuertemente a colonia, de esas que te hacen querer hundirte en su cuello para siempre.

Pasó sus brazos por mi cintura y me sonrió.

⎯ No te podés escapar de mí, mamichula.

Le sonreí.

⎯ Mara, ¿dónde estás? ⎯ me llamaron y me separé de él al instante⎯ . Maraaaa

Paulina apareció por el pasillo y al vernos alzó sus cejas con una sonrisa.

⎯ Qué lindo que tu noviecito haya venido, pero tenés que subir en tus redes el link del EP. Nosotros nos encargamos de Twitter y Facebook, vos hacé el resto.

Asentí y la miré irse por el pasillo hasta desaparecer y después cambié mi vista en él. Tenía algo detrás de su espalda y lo miré interrogante, preguntándole con la mirada qué tenía escondido.

Sacó la mano y sacó un sobre enorme, del tamaño de su torso entero. Me lo tendió y lo agarré dudosa. Inmediatamente entendí de qué se trataba, pero de todas formas abrí el sobre.

⎯ ¿Un vinilo de mi EP? ⎯ le pregunté con una sonrisa tan grande que me dolía la cara⎯ . ¿Cómo lo hiciste?

Se rió y se rascó la nuca.

⎯ Paulina me prestó una copia de tu disco y mandé a hacerlo vinilo. No es nada.

Se encogió de hombros y una pequeña sonrisita cruzó por su boca, tentándome a agradecerle el regalo con un beso.

⎯ Bueno, para mí lo es todo ⎯ le susurré y me acerqué a él.

Pasé mis brazos por su cuello y le sonreí.

⎯ Gracias.

⎯ No hay nada que agradecer.

Nos quedamos mirándonos por lo que parecieron horas y horas, hasta que salí de mi ensoñación y me separé de él. Agarré su mano y lo llevé al living, para que festejaramos junto a todas las demás personas metidas en mi apartamento.

Hice lo que Paulina me pidió y nos quedamos chequeando las ventas del EP por la computadora, viendo lo bien que se estaba vendiendo el disco.

Chodis, un amigo de Trueno y de Pau, que había conocido hacía poco, estaba en mi sala sacándole fotos a todos. Sacó bastantes fotos buenísimas pero mi favorita fue una que me sacó con Paulina, que decidí que subiría a Instagram.

 Sacó bastantes fotos buenísimas pero mi favorita fue una que me sacó con Paulina, que decidí que subiría a Instagram

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mara miller: celebrando con mi compinche. te amo :)
👤Pau_Pons

Seguimos celebrando hasta que la madrugada llegó a su fin, y el solcito empezó a iluminar el apartamento.
Me despedí de cada una de las personas que habían venido y me lancé en mi sillón agotada.

Estaba muy cansada, pero feliz. Muy feliz.

De repente, unas manos calientes pasan por debajo de mi cuerpo y me alzan, pero mis ojos estaban demasiado cansados como para abrirlos y ver quién era. De todos modos, la colonia delataba la identidad y me abracé a él, hundiendo mi cara en su cuello.

Quería quedarme allí para siempre.

Sentí una puerta abrirse y segundos después, mi cuerpo sintió una superficie suave y fría, que supuse que era mi cama. Abrí mis ojos y lo ví parado junto a mi cama, arropandome como si fuera un bebé.

Parecía que no tenía intenciones de acostarse junto a mí, por lo que lo tiré junto a mí del brazo, obligándolo a tirarse a mi ladito y dormir aunque fueran un par de horas.

Se metió conmigo bajo las sábanas y me abrazó, haciendo cucharita conmigo.

⎯ Trueno ⎯ lo llamé en un susurro, sintiendo mi garganta seca.

⎯ Dime.

Con los ojos cerrados y el cansancio ganando la batalla del sueño, dejé las palabras salir para caer en los brazos de Morfeo y dormirme.

⎯ A mí también me parece que me gustas.

Después, lo único que recuerdo es haberme despertado en mi cama, con  el cielo oscuro, cuarenta mil mensajes en mi celular y mi cama vacía.

Al ver el pedazo de colchón a mi lado vacío, suspiré y me tiré en mi cama denuevo, sin ganas de levantarme.

Quizás lo que le dije fue demasiado. Quizás no se esperaba que pudiera corresponderle y lo que había dicho era en joda.

De cualquier manera me estaba arrepintiendo.

Pau entró a mi cuarto después, con una bandeja con comida y pastillas para el dolor de cabeza. Estaba sonriendo, así que algo estaba muy mal o muy bien, no podía diferenciarlo.

Dejó la bandeja sobre mi falda y se sentó en la cama conmigo, aún sonriendo como desquiciada.

⎯ Mara ⎯ me susurró⎯ , sobrepasaste las ventas del EP que teníamos pensadas.

Abrí mis ojos mientras tragaba las pastillas con un jugo de naranja.

⎯ ¿De verdad?

Asintió contenta y me abrazó por unos segundos.

⎯ Estoy segura que vas a ser una estrella. Vas a llegar lejos, Mara, te lo prometo ⎯ me dijo todavía bajito, como si tuviera miedo de despertar a alguien.

Sus palabras resonaron un poco en mi cabeza y le agradecí con la mirada.

Estaba decidida a triunfar nada ni nadie podria impedirmelo.

Pero había algo que me faltaba para poder estar contenta al 100%, y no sabía qué era, hasta que miré el costado de mi cama vacío denuevo y me acordé.

Paulina me vió mirar mi cama y sonrió en grande otra vez, haciéndome rodar los ojos porque ya sabía lo que estaba pensando.

⎯ No se fue, Mara ⎯ me dijo levantándose de la cama⎯ . Está bañándose. No quería irse hasta que estuvieras despierta.

Un burbujeo me recorrió el cuerpo por completo y sonreí aliviada. Pensé que se había escapado porque no quería nada que ver conmigo.

En eso, la puerta de mi habitación se abrió y una cabecita de rizos mojados hizo presencia. Sonreí al verlo.

Paulina tomó su presencia como una señal para irse, dejándonos solos.

⎯ Pensé que te habías ido ⎯ dije en un susurro casi inaudible.

Me miró y en la esquina de su boca una sonrisa chiquita apareció. Se sentó en la cama.

⎯ No me voy a ir. Me quiero quedar contigo, en todo sentido.

𝙏𝙍𝘼𝙋𝙋𝙀𝙍; 𝘵𝘳𝘶𝘦𝘯𝘰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora