Capítulo 47

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Hermione estaba bastante nerviosa mientras se encaminaba a la reunión con McGonagall: sospechaba lo que quería hablar. Y así fue. La directora le ofreció asiento y abordó el tema sin preámbulos: ¿qué hacer con el cuaderno una vez terminada la poción? La chica no tenía una respuesta clara y así lo manifestó.

-Yo diría que lo mejor es deshacerse de él, parece muy peligroso sobre todo porque el autor es Voldemort. Pero claro... También hay cosas útiles que podrían ayudar, sería egoísta usarlo solo para mí...

-Con ese mismo debate llevo desde que me lo contó –confesó la directora-. Si le pedimos algo intermedio como que fabrique varias pociones antes de destruirlo nos mandará a tomar viento por intentar utilizarla.

-Exacto. Y si el mundo se entera de que existe ese cuaderno, aun sabiendo que solo Bellatrix puede leerlo, se convertirá en el objeto más codiciado desde la piedra filosofal. Todo el mundo querrá manipularla para que les ayude.

-Sobre todo me preocupa que se enteren en el Ministerio –confesó Minerva-, estarán encantados de usarlo para su progreso y beneficio, que quizá fuese algo positivo, pero...

-Pero no es bueno tomar atajos –terminó la chica-. Y menos si esos atajos los creó el mago oscuro más peligroso. No sabemos si esas pociones pueden tener efectos secundarios, de hecho... Solo tengo la palabra de Bellatrix para fiarme de que la poción no matará a mis padres...

-Obviamente eso lo comprobaremos antes –la tranquilizó la escocesa-, pero todas las demás... No podemos ir supervisándola siempre. Queda un mes de curso y en cuanto termine será libre para hacer su voluntad... a no ser que contemos que posee algo relacionado con Voldemort y por tanto ha incumplido el trato.

Hermione sintió un escalofrío ante la incertidumbre. Estuvieron un rato en silencio, compartiendo miradas y angustia. Finalmente, llegaron a la misma conclusión, su deseo era el mismo aunque no se atrevieran a manifestarlo. Fue la joven quien habló primero:

-No sabemos lo que hay en ese cuaderno y nunca lo sabremos, solo lo que Bellatrix quiera contarnos. Si hubiese alguna otra cosa útil que estuviese dispuesta a compartir, lo diría. Pero no creo que lo haga, no querrá meterse en nada ahora que por fin es libre. Y habiéndolo escrito Voldemort dudo mucho que haya nada bueno. Esta poción la creó en una situación muy puntual: para obtener información de criminales desmemorizados. El resto será todo magia oscura y peligrosa, así que yo creo que lo mejor es deshacernos de él.

McGonagall asintió y añadió:

-No solo por la integridad del mundo mágico, sino por ella misma. Las posibilidades de que recaiga o que vuelva a abrazar la parte más oscura de su ser aumentan mucho bajo el influjo de ese objeto. No digo que sea como un horrocrux y altere su conducta. Pero por la conexión emocional que tuvo con Voldemort puede perfectamente convertirlo en su posesión más preciada y obsesionarse con él. Lo más sano para el bienestar de Bellatrix (y para asegurarnos de que no vuelva a Azkaban) es destruirlo.

Hermione asintió recodando que la mortífaga había dormido abrazada al cuaderno. Y por la mañana había insistido en guardarlo pegado a su piel. Se reafirmó en que debían deshacerse de él. Pero sospechó que no sería fácil.

-Muy bien –sentenció Minerva-, decisión tomada. Si se lo digo yo me llevará la contraria como siempre y se lo tomará como una amenaza. Así que mejor hazlo tú, confía más en ti, puedes comentárselo poco a poco.

Hermione la miró alzando las cejas. A la directora empezaban a pegársele las costumbres de su predecesor de encargar las tareas desagradables a su protegido. Aún así aceptó porque estaba de acuerdo. Y porque ya lo había hablado con Bellatrix. La bruja no dijo que sí, simplemente escurrió el bulto cuando lo comentó, pero se aseguraría de que comprendiera que era la única opción. Lo mismo con la varita de sauco. Dudó de si compartir esa información con Minerva pero decidió que no era necesario, solo haría doble la petición previa. Ya se encargaba ella, como siempre.

Mientras dure la nieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora