Habían pasado unas semanas desde su excursión y Hermione y Bellatrix no habían tenido más interacciones. Se saludaban si coincidían en la sala de profesores pero no solía suceder, llevaban diferentes horarios. De alguna forma extraña la chica la echaba de menos y se preguntaba si sería mutuo. Selló las cartas que había escrito a sus amigos y subió a la lechucería. Cuando terminó, miró el reloj: las cuatro de la tarde. A esas horas algunos profesores quedaban en la sala de descanso para tomar el té y cotillear. Siempre que no tenía clase le gustaba asistir.
-¡Mir! -saludó a la francesa cuando se la cruzó por el pasillo- ¿Vienes a tomar el té?
-No puedo, le he prometido a Bella que la ayudaría con la clase de duelo. ¡Vente!
-Ah... -respondió la gryffindor nerviosa- ¿No le importará?
-Qué va, siempre van profes a mirar e incluso alumnos de otras clases.
A la chica le pareció un buen plan, así que caminaron juntas hasta el aula de duelo. Hermione se sorprendió al entrar: además de los alumnos ahí había por lo menos veinte espectadores más. Se colocaron en un lateral junto a Hooch y Slughorn. La profesora de vuelo valoraba más a Bellatrix desde que sus alumnos alabaron la magistral clase que dio junto a Hermione; cuando le pidieron que repitieran ellas como instructoras ya le hizo menos gracia... El profesor de pociones le contó que se trataba de los estudiantes de slytherin y hufflepuff de último curso, por tanto el nivel era alto. Cuando dio la hora en punto, apareció Bellatrix con paso ágil y expresión severa. Siempre tenía aspecto de acabar de salir de una importante reunión; a Hermione le hacía gracia pensar que igual acababa de levantarse de la siesta.
Saludó a sus alumnos y comenzó la explicación. Estaban estudiando hechizos ofensivos con agua: aqua eructo, glacies carcerem y media docena más que pocos conocían. Destacó la importancia de los movimientos de la mano, de saber guiar y controlar su trayectoria y de estar seguros de que lo dominarían antes de lanzarlo. Después de desarrollar la teoría y aclararles las dudas, con ayuda de Mirelle les demostró cómo lanzarlos y repelerlos. Hermione las contempló embelesada, resultaba hipnótico verlas. Aunque la francesa no destacaba como duelista, sin duda era diestra con la magia, disfrutaba con ello y resultaba contagioso. Por supuesto lo de la mortífaga era como ver el fuego arder: su estado natural. Y además a nadie se le escapaba de que ambas empataban en el número uno del ranking de belleza de Hogwarts. Hermione deseaba odiarlas pero no lo conseguía.
-Setenta y ocho y sesenta y cuatro sois los primeros -ordenó Bellatrix.
Al instante una slytherin y un hufflepuff subieron al escenario central que usaban como campo de duelo. Realizaron la reverencia inicial y comenzaron a ejecutar hechizos. A la esa pareja le fueron sucediendo varias más. Los profesores observantes comentaron el alto nivel que había ese curso. Realmente la mortífaga se estaba esforzando en enseñarles. Les hacía correcciones sobre la marcha y les indicaba de uno en uno cómo mejorar su técnica y solventar sus fallos.
-¿Qué haces con la mano, ochenta y dos, intentas llamar a una lechuza? -preguntó la bruja a un slytherin de pelo oscuro y expresión de concentración.
-Es que no logro que me salga el movimiento como a usted.
Bellatrix se acercó a él y le ayudó a mover la muñeca. "Puedes hacerlo también así, a Tom le funcionaba mejor" comentó. El chico ejecutó el encantamiento con la nueva técnica y al instante una ráfaga de cristales de hielo emergió de su varita. Su orgullo al lograrlo fue evidente. Le dio las gracias a la profesora y añadió:
-¡Ya tengo algo en común con el mago oscuro más poderoso de todos los tiempos!
-Si eso te hace ilusión, también tenía más o menos tu altura -comentó la profesora.
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Mientras dure la niebla
FanficComienza el tercer curso tras la derrota de Voldemort. Hermione trata de superar el pasado y trabaja como profesora en Hogwarts. El terror vuelve cuando descubre que Bellatrix Lestrange, la mortífaga que la torturó, es la nueva profesora de Defensa...