Capítulo 7

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Bellatrix Black no solo era una duelista legendaria por su destreza y conocimientos de la magia. Tenía el don de adelantarse a su adversario, de prever sus movimientos cinco segundos antes de que actuara. Siempre se mantenía en estado de alerta, siempre esperaba un ataque. Catorce años en la cárcel habían agudizado al máximo sus sentidos. Daba igual que hubiese terminado la batalla, su nombre significaba "guerrera", jamás se relajaba. Y sabía priorizar.

Por eso, en cuanto notó que Hermione avanzaba hacia ella, desarmó a Minerva que estaba desenfundado su varita. Después, agarró a la chica por el otro brazo, le extrajo la varita de la manga y la sujetó con una fuerza considerable. Ocultó ambas armas en algún bolsillo entre los pliegues de su falda. El coraje de la joven se esfumó en micro segundos. La directora ahogó un grito y los retratos empezaron a murmurar alarmados. La duelista empezó por estos últimos.

-Como hagáis un solo movimiento o escuche un susurro, ardemos aquí todos -amenazó con la voz calmada pero con el infierno en sus ojos.

Desde el primer director hasta Snape obedecieron. Mientras, la escocesa buscó disimuladamente en su escritorio alguna de las armas que guardaba para emergencias. Por desgracia, ese gesto tampoco pasó inadvertido.

-No me obligues a torturarte con tu propia varita, Minerva. Hace mucho que no lo hago y no sé si sería capaz de parar.

Su voz no era especialmente amenazante, no usaba su antiguo tono de psicópata fanática, pero no por ello imponía menos temor. La directora obedeció. Sabía que podría igualar a la morena en destreza y poder pero no en agilidad y reflejos: la diferencia de edad era importante. Así que la miró a los ojos y respondió:

-De acuerdo, pero suelta a Hermione.

La bruja se sorprendió ligeramente como si no recordara tener a la chica inmovilizada. La sabelotodo lloraba en silencio al resultarle tan familiar aquella situación. Bellatrix puso los ojos en blanco ante semejante falta de coraje. La soltó y les indicó a ambas que se sentaran. Obedecieron con pesar. Se dirigió a la más joven:

-Nunca, repito, NUNCA, te atrevas a tocarme. Decían que eras inteligente... pero por tus actos yo diría que eres peor que los niños de primero. ¡A quién se le ocurre agarrar a una ex mortífaga por la espalda como una enajenada!

Hermione no se calló. Pese al pánico y los rastros de lágrimas, la adrenalina corría por su cuerpo sin adulterar.

-¡A alguien a quien le has dicho que hiciste lo mejor para ella torturándola! ¡Volverás a Azkaban por esto!

La bruja oscura la contempló mientras se pasaba la lengua lentamente por el labio superior y se acariciaba la mejilla con la varita. Finalmente, pareció tomar una decisión. "Está bien", sentenció, "Os voy a contar una agradable historia". Las otras dos brujas se miraron confundidas. Bellatrix pareció ordenar sus pensamientos y al poco comenzó:

-El día que Greyback y los carroñeros os trajeron a ti y a tus amiguitos a la Mansión Malfoy, no solo estábamos yo y la familia de mi hermana. Era la base de operaciones de Voldemort, así que también estaban los Lestrange, Colagusano, Yaxley y una decena más que, francamente, eran tan insignificantes que ni me molesté en aprenderme sus nombres.

Ambas mujeres la miraban sin entender a dónde iba aquello. Hermione se estremeció a cada nombre y dio gracias de no haberlo sabido esa noche. No obstante, no cambiaba nada.

-Cuando yo torturo... torturaba a alguien, disfrutaba con la magia, con el poder y la euforia que te hace sentir el lanzar una maldición imperdonable. Los gritos y el sufrimiento suponían un gran aliciente, no lo niego, pero no era mi principal motivación. Me atrae el poder, la magia oscura, superarme a mí misma, ser capaz de mantener la maldición cada vez un poco más y con menos esfuerzo. El objetivo de mis compañeros al torturar no era el mismo: les excitaba el placer crudo y descarnado a costa de romper a otro ser humano de todas las formas posibles. Por supuesto yo causaba más daño, soy más poderosa; pero ellos eran más... burdos.

Mientras dure la nieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora