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23 de Julio, año 2006 a las 03:15 A.M
Miraba el calendario mientras mordía sus uñas, supo que cuando Rosalie mirase sus manos la reprenderia. Luego llevó la vista al pequeño reloj que reposaba sobre la mesa de luz, también supo que iba a querer asesinarla por las ojeras que seguramente tendría aquella mañana.
Pasó la mano por la madera, se la hacia increíble como seguía en tan buen estado para haber pertenecido a ella durante veinte años. Al igual que su cama, aquella cama había sido de ella desde que tenía memoria, incluso en la madera del costado tenía sus iniciales y las de sus amigas. Miró aquel collage pegado en la parte de atrás de su puerta, ahora se había añadido una foto con su prometido aunque en unas cuantas horas seria su marido
Matrimonio, demonios esa palabra se le hacía tan confusa tan lejana, tan irreal. Aunque bueno, si hablábamos de cosas que se le hacían irreales debíamos hablar del hecho de que iba a casarse con un maldito vampiro que tenía más de cien años, soltó una diminuta carcajada la cual fue callada por sus manos.
Se paró de su cama encendiendo la lámpara que había sido obsequiada por Amélie cuando tenían trece años, era artesanal y la adoraba. Caminó hacia su placard, el cual abrió y se encargo de sacar aquel álbum que solo veía en ocasiones para luego tomar asiento en el piso de madera, aquel que había odiado desde un comienzo porque sabía que tendría que limpiarlo todos los días para que quedara brillante.
En la portada figuraba una foto de ella cuando tenía cinco años, le faltaba un diente y sonreía con su boca abierta. Lo abrió sonriendo nostálgica ante la primer foto: Su papá la tenía en brazos y en una camilla de hospital se podía apreciar a su madre con una sonrisa victoriosa, el progenitor tenía el rostro rojo en seña de que había llorado; pasó a la siguiente página, en ésta había un collage, Iris de bebé con su padre, luego con su madre, sonriendo o durmiendo incluso cuando comió su primer papilla todas aquellas estaban juntas en una sola; sorbió su nariz y miró la siguiente página, recordaba aquel día porqué fue su último cumpleaños con una mamá, la niña estaba frente a un gran pastel y una mancha de crema estaba en su nariz, regalaba una gigante sonrisa a la cámara y tras ella su padre y su madre se daban un beso, sollozó sin poder evitarlo.
En aquellos momentos fue que se preguntó qué se sentiría tener una figura materna. Le hubiese encantado que su madre la llevara a su primer día en primaria o que le enseñara a leer o ayudara en sus tareas, le hubiese gustado que hablaran de chicos o de su primer beso. Se preguntó incluso si a su mamá le hubiese agradado Emmett, si hubiese estado de acuerdo en aquel matrimonio. Se preguntó si tal vez algún día el destino las reuniese, si su madre tendría el valor para justificar su abandono.
Volvió a sollozar al ver la diferencia en la foto siguiente: Su padre fingía una sonrisa mientras que Iris tenía su rostro triste, frente a su actual casa. Aquel dolor que había sentido hacia años atrás volvió unos momentos, intentado entender porqué su madre se había ido, aún dolía aunque no quería admitirlo.